domingo, 2 de marzo de 2008

GRUPO COBRA en el Museo Juan Barjola, España

por Ninot en su NotiLyC


Cobra & Cía
Museo Barjola
C/ Trinidad, 17 (33201) Gijón, Asturias, España
+34 985 357 939
del 22 de febrero
al 20 de abril de 2008






Hace unos meses leí en el diario La Voz de Asturias que el Museo Barjola tenía programada esta muestra para el 2008, pero luego lo olvidé. Me enteré de esto mientras buscaba información sobre el Grupo Internacional CoBrA (ese es su nombre), estaba investigando el tema por sugerencia del maestro Ariel Mlynarzewicz, quién está convencido de la relevancia de este colectivo de creadores (pintores, poetas, arquitectos, etc.), tanto lo está que cada tanto me lo recuerda.

El NotiLyC de hoy comienza con dos reseñas sobre esta muestra del Grupo CoBrA, una de ellas. El resto del boletín lo dividí en tres partes: primero algo de información acerca del Museo Juan Barjola y sobre Barjola mismo. Me parece apropiado hacerlo, creo que es una buena ocasión para informar sobre este pintor extremeño fallecido hace cuatro años. De esta forma se puede entender algo que este museo haga una muestra de este tipo. Por cierto, creo que solo la prensa de Asturias se ha hecho eco de la noticia.

Luego incluí tres artículos, el de La Voz de Asturias de abril del año pasado es uno de ellos.

Finalmente, algunas imágenes de las obras de tres integrantes de este colectivo de pintores.

Como ya es habitual, la extensión de este boletín excede lo aconsejable. No me lo digan, ya lo sé. Pero no pude evitar entregar información que normalmente se obvia en estas noticias. Por ejemplo, informar acercar de ese museo tan poco conocido, el Museo Barjola, ¡que allá en Gijón expone las obras del Grupo Cobra!


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e–norte.org 21 de febrero de 2008
Gijón: La fuerza gráfica del grupo Cobra se despliega en el Museo Barjola

El centro inaugura una colectiva en la que recoge grabados de los fundadores del grupo y rastrea su influencia en artistas posteriores
El movimiento Cobra tuvo una vida muy breve -oficialmente le faltaron dos días para llegar a los tres años-, pero su fuerza y su impronta vibran todavía cincuenta y siete años después de su disolución. Desde esta tarde, el Museo Juan Barjola dedica dos de sus plantas a comprobarlo, sobrevolando un territorio artístico tan extenso como el de la Europa del Norte que abarcaron sus siglas -«Co» de Copenhague; «Br» de Bruselas; y «A» de Ámsterdam- y tan multiforme como el de sus propios integrantes y satélites.

«Cobra & Cía.» se limita, no obstante, a una de las disciplinas artísticas favoritas del grupo: la relectura desde la impulsividad irracionalista y el ánimo transgresor de la gran tradición de obra gráfica del área citada. No en vano la muestra, comisariada por Mar Díaz, recoge obra perteneciente a los fondos del belga Musée de la Gravure et de l'Art Imprimée, cuya directora, Catherine de Braekeleer, asistirá a la inauguración de esta tarde, como también lo harán Kiki Crêvecoeur y Thierry Lenoir, artistas de la generación posterior a la de Cobra y en cuya selección de obras se rastrea la huella de los otros artistas presentes: el danés Asger Horn, los holandeses Karel Appel y los belgas Corneille Guillaume van Bewerloo y el también escritor Christian Dotremont, que, junto a Constant Antono Nieuwenhuys -o Constant, a secas- y Joseph Noiret formaron la almendra del grupo.
«Cobra fue un movimiento artístico fundamental del siglo XX profundamente comprometido con el solar europeo», comenta Mar Díaz, para quien, por debajo de una diversidad que no tardaría en fracturar el grupo, discurre «un espíritu común crítico y contestatario, de rebeldía en todas las actividades que desarrollaron, desde la creación gráfica y pictórica hasta las reflexiones teóricas sobre la creación, la amistad, la Europa del momento...». La urgencia que imprimió la necesidad de reaccionar a la monumental tragedia de la II Guerra Mundial prendió en buena parte la mecha de un grupo que se constituyó oficialmente el 8 de noviembre de 1948 en París, y cuyas señas de identidad en lo plástico serían su vehemencia de corte irracional, emparentada con cierto Surrealismo y con el Art Brut; su afán por transmitir la misma espontaneidad que el arte popular o infantil y su interés en los aspectos más matéricos de la obra.
Claro que, en su heterodoxia y su antidogmatismo, Cobra también se puede -y casi se debe- definir a la contra: contra la capitalidad artística de París, la de Bruselas; contra la gris unidad aduanera encerrada en las siglas de Benelux, la colorista agresividad de las que sugiere Cobra; contra el excesivo teoricismo al que se habían abocado las virulencias de la vanguardia, y contra el realismo socialista que aparecía como alternativa, una posición experimentalista, activista, que se plasmó en su manifiesto, «La causa fue instruida». Un manifiesto en el que se abogaba abiertamente, como se recuerda en uno de los textos que arropa la exposición, por la «espontaneidad irracional» como método para derrocar el «imperio de la razón» en beneficio del «imperio de la vida».
De algunas de las «experiencias sin experiencia» que -siguiendo el título de una serie de Alechinsky representada en la exposición- acumuló el grupo en su breve vida y en sus derivaciones posteriores da testimonio «Cobra & Cía.», donde existe un predominio del grabado litográfico, conforme a la tradición de la zona, aunque se exhiben también estampas donde predomina la experimentación -como las impresas por Reinhold utilizando restos de esculturas de metal-, o técnicas más tradicionales, como los espectaculares grabados sobre madera de Lenoir, pasando por combinaciones de litografía y aguafuerte o punta seca. O técnicas rigurosamente innovadoras, como la «flexografía», un tipo de estampación ideado por Kiki Crêvecoeur en el que talla sus figuras sobre gomas de borrar.
Todo ello se pone al servicio de mundos e intenciones tan distintas como las que separan, por ejemplo, las sobrias figuras grises de Vandercam de los personajes de Karel Appel, violentamente coloristas; o los mundos suburbanos, tremendistas y llenos de acidez satírica que, en los límites del «underground», frecuenta Lenoir, de la expresividad de trazo grueso y raíz mironiana que derrama Crêvecoeur en una de sus series. La artista aporta, además, varios grabados de otra serie, realizada mediante su técnica «flexográfica» y en la que, con un espíritu narrativo cercano al del cómic o al de las aleluyas tradicionales, refleja distintos tipos de combates contemporáneos, desde el sexual hasta el deportivo. Corneille aporta un vistoso «Cielo tropical», lleno de espontaneidad y candor, y Sandbag y Olyff muestran, respectivamente, trabajos centrados en la experimentación tipográfica o en el paisaje.
La muestra incluye también -conforme a una experiencia de colaboración frecuente en un movimiento que desacralizaba la autoría- una notable representación del trabajo «a dos manos», textual y gráfico, entre Alechinsky y Dotremont, y entre el primero y otros artistas, como Cox, Pedersen y Chevée.
«Cobra & Cía.», que llega al Barjola como fruto de un intercambio con el centro belga consagrado a la estampa, tendrá, además, un catálogo muy especial que, respetando el formato habitual en los que edita el museo, cuenta con una maquetación extraordinaria de Paco Velasco, uno de los veinticinco grabadores asturianos cuya obra pudo verse en el Musée de la Gravure et de l'Art Imprimée en la colectiva cuya exhibición motivó la colaboración.
Nota: LNE

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Gacetilla de prensa del Museo Juan Barjola.

COBRA & CÍA
El Centro del Grabado y de la Imagen Impresa (La Louviére, Bélgica), junto al Museo Juan Barjola (Gijón, España) propone sobrevolar lo que fuera el espíritu COBRA a través de una exposición que recoge parte de las realizaciones gráficas que ha dado a luz el grupo artístico. Cobra & Cía. se compone primeramente de obras colectivas, testimonios del deseo de estos artistas de transgredir las fronteras del individualismo, y subraya el interés de COBRA por todas las formas de arte, particularmente por el popular, el primitivo o el infantil.
COBRA tuvo su origen en París, el 8 de noviembre de 1948, con la unión de seis artistas y poetas: el danés Asger Jorn, los holandeses Karel Appel y Constant Anton Nieuwenhuys, llamado Constant, Corneille Guillaume Van Beverloo, llamado Corneille y los belgas Christian Dotremont y Joseph Noiret. Imaginada por el poeta Christian Dotremont, la sigla Cobra está inspirada en las primeras letras de COpenhague, BRuselas y Amsterdam, las ciudades de origen de los distintos participantes, como una evocación burlesca de la unión económica del Benelux (Bélgica, Nederlands o Países Bajos y Luxemburgo), prefigurada entonces por una convención de unión aduanera desde 1944.
Habiéndose adelantado en el espíritu el grupo experimental holandés Reflex, que agrupaba a los pintores Appel, Corneille y Constant, entre otros, COBRA se organizó después de la Conferencia Intemacional de Documentación sobre el Arte de Vanguardia, cuyo contenido, evasivo y teórico, decepcionó a estos partidarios de la experimentación activa. Inmediatamente firmaron en conjunto una resolución titulada La causa fue instruida, que se volvió el manifiesto de COBRA . Si bien todo dogmatismo e influencia teórica fueron rechazados, puede vislumbrarse en el arte de COBRA evidentes filiaciones, como la abstracción de Klee, Miró y Hartung, el expresionismo de Munch y el art-brut, sin olvidar el surrealismo. Esencialmente nórdicas, las raices de COBRA encontraron un terreno propicio en París; Asger Jom, por ejemplo, se asentó ahí a partir de 1936 para trabajar con Kandinsky, Léger y Le Corbusier. La afluencia de simpatizantes y las inevitables divergencias de puntos de vista, acumuladas a la mala salud de Dotremont y Jom, acabaron con una aventura que duró aproximadamente tres años. El grupo se disolvió el 6 de noviembre de 1951 con el cierre de la exposición COBRA en el Palacio de Bellas Artes de Lieja. La exposición que hoy se inaugura en el Museo Barjola recoge, más de medio siglo después de la disolución oficial de este movimiento particularmente dinámico, las aspiraciones de un vasto grupo de artistas de Europa del norte a través de obras colectivas y experimentales del período de 1948 a 1951, colección guardada precisamente por el Centre de la Gravure de La Louviére.


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Sobre Juan Barjola

http://www.epdlp.com/pintor.php?id=2815

Pintor español cuya obra se despega de la corriente informalista y abstracta imperante para adentrarse en el campo del expresionismo representativo. Nació en Torre de Miguel Sesmero (Badajoz). Su formación artística se reparte entre la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz, la de Madrid y la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En 1957 expuso por primera vez en la galería Abril de Madrid y, tres años más tarde, obtuvo una beca de la Fundación Juan March para viajar a París y a Bélgica. Es entonces cuando entra en contacto con la pintura expresionista de James Ensor y de Francis Bacon, que dejan una profunda huella en el estilo del artista español. Su obra es deudora también del gran pintor aragonés Francisco de Goya, especialmente en la serie de lienzos y litografías dedicadas al mundo de los toros. Realizadas en un lenguaje pictórico desgarrado y sin concesiones, constituyen la obra más representativa de su autor. Otros temas presentes en la obra de Barjola son los perros, las mujeres y los jueces. En 1985 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 1988 se inauguró en Gijón un museo que lleva su nombre y que reúne la mayor parte de su obra.

Fragmento de un artículo de la revista Ballesol:
De sus datos biográficos cabe también destacar que Barjola vivió en París y Bélgica los enfrentamientos entre el concepto histórico de realidad y la visión contemporánea de lo real, a lo que hay que añadir la gran eclosión del grupo Cobra, que propugnaba sintetizar la exploración mental del surrealismo y el arranque pasional de los informalismos. Todas estas experiencias, añadidas a su conocimiento de Velázquez, Zurbarán, Ribera, el Greco o Goya, sustrato fundamental de su formación, sin olvidar a Nolde o Munch, se convirtieron en un activo catalizador que impulsó su acentuada gestualidad, una nueva idea de espacialidad y una construcción de los planos distinta, que se sitúa fuera de la simple confrontación entre lo real y lo abstracto, ya que integra ambas dimensiones.

Nota del editor: les muestro dos obras de Juan Barjola que ilustran un artículo de Calvo Serraller (fuente: http://www.leandro-navarro.com/JuanBarjola/index.html)

«TAUROMAQUIA»1997
Óleo sobre lienzo 81 × 100 cm


















"MUJER DEL CHALECO AMARILLO"1997
Oleo sobre lienzo100 × 81 cm
























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El Mundo (Madrid); miércoles, 22 de Diciembre de 2004
Juan Barjola, Premio Nacional de Artes Plásticas

MADRID.- El pintor extremeño Juan Barjola falleció a los 85 años en el Hospital Ruber Internacional de Madrid donde se encontraba ingresado a causa de una caída que sufrió hace unos días, informaron fuentes de la Galería Juan Manchón.
Barjola, nacido en Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, fue Premio Nacional de las Artes Plásticas en 1985 y a lo largo de su larga trayectoria ha recibido numerosos galardones y goza de importante reconocimiento nacional e internacional.
Tras cursar estudios en la escuela de Artes y Oficios de Badajoz, siguió su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1957 celebró su primera exposición individual, en la Galería Abril, de Madrid, y ese mismo año ya expuso en el extranjero. En 1960 una beca de la fundación Juan March le permitió viajar por Bélgica y Francia.
En la década de los cincuenta su obra era ya muy personal, y se ceñía a la figura humana definiéndola en sus contornos. Es a partir de entonces cuando comenzó a dedicarse plenamente a la pintura y proyectar su obra en el extranjero a través de exposiciones individuales en la Feria de Nueva York, bienales de Venecia, Sao Paulo, Alejandría y Tokio. Posteriormente seguirían exposiciones en Alemania, Estados Unidos, Bruselas y Puerto Rico.
En 1963 celebró una exposición en la Dirección General de Bellas Artes de Madrid que supuso su consagración para la crítica y el público que vieron en él uno de los valores más representativos del arte contemporáneo español.
A lo largo de su trayectoria artística su obra pasa por diferentes etapas, aunque todas ellas enmarcadas en la línea figurativa. Tras un paréntesis de abstracción en 1959, su pintura vuelve a la figura y a una búsqueda de expresividad casi violenta, mientras que en los sesenta su pintura se tiñe de un cierto surrealismo y sus figuras sufren una deformación.
A finales de los sesenta pasa por el realismo crítico y en los setenta el carácter dramático de su pintura se compensa con una mayor alegría y viveza del color, que adquiere un papel preponderante. Ya en los ochenta su expresividad domina la composición.
Compromiso social
Su obra puede incluirse dentro del expresionismo subjetivo; sus cuadros encierran significaciones dramáticas, irónicas y sarcásticas que caen muchas veces en el campo de lo surreal, pero con un carácter más humano. Su compromiso social se refleja en la temática, con la que pretende testimoniar a los demás las lacras de la sociedad: la guerra, la miseria, los suburbios, la opresión política y social.
Su estilo ha ido evolucionando, dentro de unas coordenadas básicas, hacia una ejecución más dinámica que se refleja en los gestos y el vivo ritmo que alcanzan sus últimas composiciones.
Galardones
En cuanto a galardones, Juan Barjola ha sido siempre un artista muy premiado en su obra. Su primer galardón data de 1961 cuando recibe el premio de la Crítica del Ateneo. Al año siguiente el primer premio en la Nacional Mediterránea, Pámpano en Valdepeñas y premio en la bienal de Zaragoza.
En 1963 es galardonado con la Medalla de Eugenio D'Ors, con el Premio Nacional de Dibujo y con otros dos galardones en el Certamen de Artes Plásticas.
Desde 1969 compaginó la labor de creación artística con la docencia, ingresando como profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. También trabajó como ilustrador de libros para obras de Alberti, José Hierro y Gamoneda, entre otros.
Ese año 1969, su obra se volvería a ver recompensada con la primera medalla en la Nacional y con el premio de la Exposición de la Unicef y años más tarde, en 1985, fue galardonado con el Premio Nacional de las Artes Plásticas. Tres años después se inauguró en Gijón el Museo de Arte Juan Barjola con cien obras donadas por el propio artista.
En julio de 1991 fue distinguido con la Medalla de Extremadura por el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, y en el año 2001 fue galardonado con el Premio Tomás Francisco Prieto. Por este motivo, un año más tarde el Museo Casa de la Moneda le dedicó la exposición "Barjola en blanco y negro" en la que tauromaquias, perros, crucifixiones, niños, prostíbulos, magistrados y matarifes poblaban el emotivo e inquietante mundo del artista.
De sus obras más importantes, merecen mención según la temática "Tauromaquia y palos" , "Mundo onírico" , "Escenas de guerra", "Perros y perreras", "Suburbios", "Maternidades", "Magistraos", "Crucifixiones", "Cráneos de toro", "Retratos apócrifos" y "Composiciones y figuras".

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Museo Juan Barjola

Fuente: Consejería de Cultura del Principado de Asturias.
Ultima actualización el día: 25/09/2007

El Museo Barjola se encuentra en la ciudad de Gijón, Asturias, en la calle Trinidad, 17. Inaugurado el 16 de diciembre de 1988, fue creado gracias al impulso del Gobierno del Principado de Asturias a partir de una donación del pintor Juan Barjola (Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, 1919). Su gestión se lleva a cabo a través de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. El museo tiene su sede en lo que se conoce como Conjunto de la Trinidad (Monumento Histórico Artístico), del que es propietaria la Caja de Asturias (Cajastur), acabado de construir en 1676 e integrado por la casa-palacio de los Jove-Huergo y su capilla de La Trinidad - —fundación de Manuel y Cristina de Jove— que constituyen uno de los máximos exponentes del barroco gijonés.
Descripción: Palacio y capilla, sede del Museo. Exposiciones y conciertos de música de cámara. Palacio de 2 edificios iguales y 3 plantas, fachada con escudo de los Hevia, Miranda y Lavandera Valdés. Capilla adosada, con portada barroca, escudo de los Jove y espadaña. (Ver Arturo, 64-65) Gestionado por el Principado, muestra las obras donadas por el pintor extremeño Juan Barjola al mismo. Ocupa lo que la casa-palacio de Jove Huergo y la capilla de la Trinidad anexa, ambas del XVII, en la calle del mismo nombre.

El interior del nuevo edificio consta de cuatro plantas, pudiendo contemplarse la obra de Juan Barjola en las tres superiores y reservándose la capilla y parte del vestíbulo para exposiciones temporales, principalmente de escultura, y actividades culturales de todo tipo.

El servicio al público se completa con una hemeroteca especializada en arte contemporáneo. En 1985 el pintor Juan Barjola hizo dos donaciones al Principado de Asturias; una con destino al Museo de Bellas Artes y otra para el museo que lleva su nombre. En 1987 es nombrado Hijo Adoptivo de Asturias y en 1994 Hijo Adoptivo de Gijón. La donación comprende 104 obras datadas entre 1950 y 1988. La resolución de 1 de diciembre de 1988 de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes otorga al Museo Barjola calificación de Museo de Artes Plásticas de interés para la Comunidad Autónoma y ámbito regional.

Los momentos más importantes de la obra de Barjola actualmente reflejados en las paredes del museo son:
—El otro muro de las lamentaciones (1970) y Autorretrato (1950): dos obras separadas por veinte años de evolución pictórica reciben al visitante en el vestíbulo del museo. El primero es quizás el máximo y más combativo exponente de la pintura social y comprometida de Barjola, de la que cuelgan otras muestras en las diferentes plantas del centro.
—Mundo onírico: a esta denominación puede adscribirse una amplia temática siempre basada en la observación de la realidad, hasta el punto de que el cuadro puede "leerse", pero expresada con una imaginería y un tono visual de corte surrealista.
—Retratos apócrifos: son una constante en la producción de Barjola, aunque no siempre los llamó así; constituyen una galería de gente que no existe pero con una presencia fuertemente real: juntos forman un particular bestiario humano.
—Grabados: algo diferente al lado de los óleos. Aguafuertes de temática variada, aunque predominan las tauromaquias de significado ambivalente, una constante de Barjola representada en el museo a través de otros óleos de grandes dimensiones.

—Primeras etapas: los cuadros más antiguos que pueden verse proceden de los años cincuenta y principios de los sesenta, y muestran una búsqueda que transitó por el abstracto y por un costumbrismo desbordado por un incipiente estilo expresionista que Barjola ya no abandonaría.

Para recorrer el museo se propone comenzar por la última de las plantas: —3ª planta: Años 50-60: A los años 50 corresponden algunas obras de carácter abstracto, pero a finales de esa década el autor entra de lleno en la figuración que desarrollará entre finales de los cincuenta y en los sesenta, aunque sin el grado de expresionismo que le caracterizará posteriormente. En los aspectos técnicos destaca el ascetismo cromático y los gruesos empastes. La 3ª planta ofrece una muestra de obras en blanco y negro, principalmente grabados, que repiten la iconografía clásica del autor. —2ª planta: Años 70-80. Los años 70 están marcados por la crítica social y política con obras como Tercer mundo o El muro de las lamentaciones (instalado este último en el hall de entrada). Los colores son más acusados y los trazos más planos, adquiriendo importancia el dibujo de los personajes. La expresividad de las obras está muy influenciada por la estética pop. —1ª planta: Años 80-90. En estos años desarrolla un expresionismo feísta. El colorido mezcla pálidos tonos pastel con intensos rojos verdes y amarillos. La visión de los personajes es cada vez más subjetiva en tanto que éstos pertenecen al imaginario individual del pintor. La temática se vuelve puramente narrativa, pero sin un objetivo crítico claro.

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La Voz de Asturias (Gijón, Asturias); 17 de abril del 2007
PROGRAMA EXPOSITIVO.
Barjola prepara una muestra del grupo Cobra
El museo incluye una antológica de Gomila en el programa del 2008.
17/04/2007 B. A. G.

El Museo Barjola sigue fiel a su apuesta por la escultura y las instalaciones en su programación para el 2008 e incluso parte del 2009. El centro tiene previstas al menos ocho exposiciones en la Capilla del arte más actual, que se complementarán con las muestras, más ocasionales pero de proyección, que organiza en las salas donde cuelga su colección permanente. La apuesta para la próxima temporada se centra en obra gráfica del Grupo Cobra, una antológica del pintor Juan Gomila y una muestra del premio nacional de Fotografía Chema Madoz.
El patronato del museo aprobó ayer la memoria del pasado año y el avance de la programación para la temporada del 2008 e incluso del 2009. A falta de cerrar fechas, algunas de las apuestas ya están claras. Es el caso de la presencia en Gijón gracias a un intercambio con Bélgica de obra gráfica del Grupo Cobra, formado en París en 1948 por artistas provenientes de los Países Bajos y Escandinavia. También está prevista una muestra antológica de Juan Gomila y un recorrido por algunas de las fotografías claves de Chema Madoz. Estas exposiciones ocuparán algunas de las salas del museo dedicado a la obra de Juan Barjola.
En la programación que ocupará la Capilla, la apuesta trata de consolidar la tendencia de los últimos años de exponer arte contemporáneo de distintas tendencias y materiales, con lenguajes muy distintos. Prueba de ello darán las exposiciones previstas con nombres propios como los de la artista andaluza Angeles Agrela, Concha García, Mateo Maté, o las instalaciones de Leopoldo Ferrán y Agustina Otero. Completan el programa expositivo, por el momento, Arantxa Goyeneche, Mar Solis, Eduardo Valiña y el grupo PSJM, vinculado a Gijón y protagonista de intervenciones y performances en centros y ferias nacionales e internacionales.
Todos ellos tienen ya un largo recorrido en muestras tanto individuales como colectivas y han participado en la feria de arte contemporáneo Arco. El patronato del Museo Barjola también fijó para mayo el fallo de la beca que premia a un artista asturiano y que cumple su quinta edición.


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El Comercio Digital (Guijón, Asturias); 29 de enero de 2008

Cultura
El Barjola prepara una cita pictórica con el grupo surrealista CoBrA
Sus líderes, Appel, Alechinsky, Asger Jorn y Corneille, protagonizarán una exposición que se abre el 22 de febrero
29.01.08 -
PACHÉ MERAYO

Jorn, Appel, Constant, Corneille y Erik Nyholm realizaron una 'Modificación Cobra' en una obra de Richard Mortensen, en 1949.

El mítico grupo CoBrA, acrónimo que responde a los lugares de los que procedían sus componentes, Copenhague, Bruselas y Amsterdam, llega al Museo Barjola. El 22 de febrero, tras levantar algunos de los cuadros del pintor extremeño que le da nombre, como se hace sólo para las grandes ocasiones, la obra de Karel Appel, Pierre Alechinsky, Asger Jorn, Pierre Corneille, Cristian Dotremont y Egill Jacobsen, sus principales representantes, entre otros, tomará posiciones en la segunda planta. Con ellos, el Barjola pondrá ante la mirada pública el singular legado de un movimiento heredero del surrealismo, que fue gestado dos décadas después del manifiesto de André Breton. Nacía el grupo CoBrA en el París de 1949, tomando casi más teoría de los que abogaban por la destrucción nihilista, es decir, la de los dadaístas de Tristan Tzara, que de los surrealistas de pura cepa, que perseguían, en cierto modo, la construcción romántica. Sí se nutren los 'cobra' de raíces surrealistas para ahondar en la violencia cromática, el dinamismo, el acento en el proceso del arte y el gesto de una pintura, que aseguran, es absolutamente inconsciente.Lo que se podrá contemplar, por tanto, en el museo de la Trinidad será el resultado de un grupo de creadores que trabajaban con una idea gobernándolo todo, la libertad absoluta. Pero la libertad que no admite normas de ningún tipo, ni siquiera «el control del intelecto». Sus obras, en las que, como haría el grupo Crónica en España, a veces participan más de un artista, están guiadas por el inconsciente, «dejando a un lado las prisiones que suelen encadenar a la inteligencia». Será la exposición del grupo CoBrA, en el Barjola, una cita con lo que ellos mismos llamaban «arte informal», una suerte de lenguaje primitivo que buscaba, por encima de otras misiones, «superar los modelos culturales del mundo occidental».La voz de uno de los fundadores, Jarel Appel, aclara en parte sus intenciones: «Pintar es destruir lo anteriormente establecido. Yo nunca trato de hacer una pintura, sino un pedazo de vida», escribe en una ocasión.Una de las últimas ocasiones sonadas en las que la obra de este grupo con manifiesto propio fue revisada hace cuatro años en el Museo Hermitage de San Petesburgo. Coincidiendo con ésta muestra de Gijón, el Museo de arte Moderno de Bruselas dedica otra a Alechinsky, artista que integra con Appel, Jorn y Corneille, el cuarteto pionero que se reunió ante esta singular idea de arte. A ellos pronto se sumaron Jean Atlan, Constant, Noiret y Dotremont, a quien, precisamente se le ocurrió lo del acrónimo para dar nombre al grupo.

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El Comercio Digital (Guijón, Asturias); sábado, 23 de febrero de 2008

Cultura
CoBrA o la esencia de la pura transgresión
El Museo Barjola reúne una de las mejores colecciones gráficas del movimiento creado con las siglas de Copenhague, Bruselas y Amsterdam
23.02.08 -
PACHÉ MERAYO


COMISARIA. Braekeleer fotografía la exposición ante una obra hecha a dos manos. / PALOMA UCHA


Rebelarse contra las estructuras, romper la dinámica del apoltronamiento, experimentar, desvirtuar fronteras y no dar nada por hecho ni deshecho son misiones pegadas al destino de eso tan difícil de definir que es el arte. Si a esas pautas se unen, además, otras marcadas por la fraternidad, la espontaneidad, la libertad y la transgresión más pura, no sólo de las normas, sino de los territorios, lo que acaba estando al otro lado es CoBrA. Y CoBrA, escrito así con tres mayúsculas porque responden a las iniciales de las ciudades de las que procedían los fundadores del grupo, Copenhague, Bruselas y Amsterdam, está en el Museo Barjola. En sus paredes cuelgan los legados de quienes se unieron en torno a un manifiesto, tras la segunda guerra mundial decepcionados con la Conferencia Internacional de Documentación sobre el Arte de Vanguardia, y siguiendo un único deseo, derrumbar todas las fronteras. «Las culturales y también geográficas», dice Catherine de Braekeleer, comisaria de la exposición gijonesa. Y en el fragor de la constante ruptura los del grupo CoBrA lucharon incluso contra la esencia individual del hombre frente a la obra en comunión solitaria, creando piezas de factura comunitaria, pinturas realizadas a dos manos.El solar europeoOtra de sus batallas, una de las fundamentales, se centraba en lograr «que los círculos del arte no se escaparan globalmente a Estados Unidos, como estaba sucediendo», añade la experta francesa. Su «solar era Europa», dice Catherine, una de las mayores conocedoras de este movimiento fundado en París en 1948 por los holandeses Karel Appel, Constant y Corneille, los belgas Christian Dotremont y Joseph Noiret, y el danés Asger Jorn. Su obra, representada ahora en el Barjola a través de uno de los lenguajes que más utilizaban, el gráfico, se une en Gijón no sólo a la de otros colegas de aquella aventura, que fue fulgurante como muchas otras vanguardias, sino también a la plástica de quienes se definen ahora como sus herederos. Kikie Crêvecoeur y Thierry Lenoir dan sentido a esa sucesión en el museo y también al título de la muestra, 'CoBrA y CIA'. Ambos fueron los únicos que ayer acudieron a la apertura de la exposición, pues la mayoría de los CoBrA genuinos han muerto. Cada uno se siente parte de ese legado por motivos diferentes.Si Kikie se dice seguidora es porque, como ellos hacían, «no me tomo las cosas demasiado en serio, lo que hago con ellas es un propósito vital». También le une a los postulados del grupo el hecho de hacer del grabado su lenguaje habitual, por entender que ésta es una manifestación que encierra también una vocación de autoría grupal.Thierry, sin embargo, tiene de CoBrA, dice la comisaria, la más pura rebeldía, que es tal que ni siquiera reconoce su influencia. «Yo de pequeño no atendía a sus manifiestos, sino a los Rolling Stones», asegura. Muerte irrealLa obra de los dos jóvenes creadores se muestra en la segunda planta con otras piezas, como 15 monografías de la Biblioteca CoBrA, dedicadas a los gestores del movimiento (que ocupan lugar en la primera planta), pero firmados por otros que continuaron con su espíritu, ya desaparecido el grupo como tal. Teóricamente CoBrA murió tres años después de iniciar andadura, pues dos de sus principales teóricos enfermaron de tuberculosis y parada la publicación de su doctrina, algo muy importante para ellos, se puso punto y final al movimiento. Pero lo cierto es que sus postulados siguieron vivos, como sigue vivo su arte gobernado por una libertad que no admite normas de ningún tipo, ni siquiera «el control del intelecto».La voz de uno de los fundadores, Jarel Appel, aclara en parte sus intenciones: «Pintar es destruir lo anteriormente establecido. Yo nunca trato de hacer una pintura, sino un pedazo de vida», escribía. En Gijón, además de obra plástica, hay muchos mensajes verbales. El primero es de Christian Dutremont: «Pregunta es el futuro y nuestro futuro es la pregunta». Muy cerca, otra muestra de su doctrina. Esta vez de Asger Jorn: «Experiencia es para nosotros, hacer que nuestra mente se exprese (...) al margen de todo control de parte de la razón». Y es que CoBrA no sólo expone, también escribe y hace cine. De estas aventuras da cuenta específica el libro catálogo con estudio razonado de la comisaria, pero también de la catedrática de la Universidad de Oviedo María del Mar Díaz. Imágenes recurrentesEn las páginas de este libro catálogo se encuentra explicación a muchos símbolos, señas de identidad y marcas, como la propia exploración en los bestiarios primitivos y míticos. Ésta es evidente en muchas de las obras, pues se convierten en tema predilecto de estos artistas que si bien no tienen, como admitió ayer la comisaria, un estilo que unifique sus maneras, sí observaban ciertas recurrencias imaginarias comunes. Una de ellas es la serpiente, que dibuja una espiral con su cuerpo, «símbolo de cielo y motivo universal en la iconografía nórdica», además de emblema.Los artistas CoBrA se interesaron también, como puede comprobarse en la exposición del Barjola, por los caracteres grabados en piedra del antiguo alfabeto de los pueblos nórdicos, las máscaras, el color y, finalmente, por el humor. La fina ironía y el arte como herramienta de entretenimiento son otra de las marcas singulares de la colección, que llega a Gijón como parte de un convenio de colaboración entre el Principado y el Centre de la Gravure et de L'Image Imprimée de Bruselas, en el que fue expuesta meses atrás una serie de grabados de 25 artistas asturianos.

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La Voz de Asturias (Asturias); sábado, 23 de febrero de 2008

ARTE EXPOSICIONES.
El museo Barjola exhibe obras del grupo Cobra
Van Dyck inaugura la muestra ´Silencios de reflexión´ de Raimon Sunyer.
Crªvecoeur, Lenoir y De Braekeleer, ayer, en el museo Barjola.Foto:JULIO PINILLA
El museo Barjola de Gijón inauguró ayer la exposición Cobra & Cía , una muestra en la que puede verse una representación de las obras de este movimiento artístico surgido en 1948 y que, a pesar de que de manera oficial se extinguió tres años más tarde, aún hoy quedan algunos artistas que se consideran herederos de este grupo. La muestra ha sido traída desde el Centre de la Gravure et de L´image Imprimée, en Bélgica, fruto de un intercambio surgido tras la exposición Itinerarios de la Gráfica en Asturias que pudo verse en ese centro y que estaba integrada por una selección de 25 artistas de diversas generaciones.
Según explica la directora del Centre de la Gravure et de L´image Imprimée, Catherine de Braekeleer, Cobra surgió como un "movimiento de carácter colectivo que agrupa a artistas con un estilo no homogéneo". Fundado tras la II Guerra Mundial, el nombre de Cobra está inspirado en las primeras letras de Copenhague, Bruselas y Amsterdam, las ciudades de origen de los distintos participantes, una "respuesta irónica" a la creación también en aquellos momentos del Benelux.
Además de las obras de Jorn, Appel, Corneille, Reinhoud o Alechinsky también se exhibe una representación de Kikie Crªvecoeur y Thierry Lenoir, dos de los autores que pueden considerarse herederos de este movimiento en el que sigue vigente su espíritu de modestia y de rebeldía. La gijonesa sala de arte Van Dyck también inauguró ayer una nueva exposición, Silencios de reflexión , del barcelonés Raimon Sunyer, un pintor figurativo que no pinta la realidad, sino que transmite lo que paisajes, marinas y objetos comunes desean comunicar.
Nota del editor: a continuación, obras de Appel, Atlan y Jorn, tres de los pintores más conocidos del CoBrA.

Grito de libertad.
Karel Appel

El mundo de los niños -los temas- y su manera de pintar -libre, sin prejuicios, directa y primitiva, sin sujetar a ningún tipo de reglas-, están presentes en este cuadro de Karel Appel. El monigote se reduce a los rasgos esenciales: un cuerpo sumario y una gran cabeza como los muñecones característicos del dibujo infantil. La pintura de colores brillantes se aplica a grandes trazos sin respetar los contornos. Los personajes de Appel sugieren una armonía universal desaparecida y añorada, que quizá sólo es posible en el arte.










Tres cabezas.
Karel Appel.
1964













Sagittaire – 1959

Jean Atlan
Lithograph55 x 46 cm (21.65 x 18.11 in.)



















Pérdida del medio. Asger Jorn. Fecha: 1958 Museo de Bellas Artes de Gante 114 x 146 cm. Óleo sobre lienzo















Hortalizas frescas1962

Óleo sobre lienzo120 x 80 cm

1 comentario:

Anónimo dijo...

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