EI MUSEO HIPERMEDIA
Isidro Moreno.
Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
Profesor Titular de la Facultad de Ciencias de la Informaciónde la Universidad Complutense de Madrid.
Trabajo presentado para su publicación en la revista Kepes, proyecto del GRUPO EN DISEÑO VISUAL del Departamento de Diseño Visual de la Universidad de Caldas. Colombia.
(Fragmento)
Los nuevos museos, tanto de arte material como inmaterial, cuentan con todo tipo elementos discursivos, desde los tradicionales a los novísimos que les proporcionan las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. El museo se convierte así en un autentico paradigma hipermedia. El reto está en hacer converger adecuadamente todos estos elementos al servicio del conocimiento y de las piezas, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de profundizar hasta donde deseen. No hay que olvidar que la tecnología debe alumbrar y no deslumbrar.
Museum I+D+C
Las siglas que acompañan a la palabra museo (Investigación+Desarrollo+Creación) reflejan la actividad del grupo de investigación y creación de nuevos museos que dirijo desde hace años en la Universidad Complutense de Madrid, Museum I+D+C (www.uqn.fs/ info/ otri/ complutecJto/fichas/ tec_imorenol.htm), pero la palabra que mejor define mi relación con el museo es; sin ninguna duda, PASION. Y de esa pasión surgió la creación y posteriormente la investigación. Ahora creación e investigación son para mí un binomio indivisible que me permite una evolución continua como docente, como investigador y corno creador de nuevos museos.
Quienes me conocen saben que cuando afronto la creación de un nuevo museo me siento la persona mas afortunada del mundo. He tenido en mis manos el Beato de Liébana de Don Fernando y Doña Sancha, he ojeado la Biblia de Gutenberg, me he deslumbrado con las tipografías grabadas en oro del Códice Áureo, he estado a solas de madrugada con las Meninas y con Velázquez, también de madrugada he dialogado en absoluto silencio y en absoluta soledad con el Pantocrátor de San Isidro de León, me he movido por el Palacio Garnier de Jerez como si fuera su propietario, he montado en carrozas, he sentido el hálito de los guanartemes canarios en la Cueva Pintada donde rendían culto a sus ancestros, he estado a solas con obras de valor incalculable, me las han explicado los mejores expertos, he conocido su creación y sus avatares a través del tiempo, he seguido la pista de obras similares, he disfrutado descubriendo las interacciones que se producen en el laberinto de la cultura, he redescubierto la importancia del patrimonio intangible, he vivido el Misterio de Elche declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, he sentido el aliento de las musas, su delicado tacto... En esos momentos comienza el gran reto: transmitir esa pasión, esas emociones y ese conocimiento a los visitante del nuevo museo de manera que experimenten unas sensaciones similares a las mías y que puedan profundizar en el conocimiento de obras y procesos hasta donde deseen.
Una buena concepción museológica y una acertada plasmación museográfica trasforman a los visitantes en participantes, unos participantes que descubren que el conocimiento del nuevo museo se va tornando transparente e invita a sumergirse en una apasionada aventura vital e intelectual.
Los apocalípticos piensan que se esta produciendo una disneylandización del
museo tradicional, que se diluyen las barreras entre el parque temático y el Museo, que se pierde la esencia del mismo. Hay que preguntarse que entienden por esencia: ¿ser un centro de conocimiento codificado reservado exclusivamente a quienes poseen las claves ocultas como hasta hace bien poco?
metáfora acuosa permite comprender la diferencia que debe separar al museo del parque temático. El parque temático es un torrente ruidoso, es apariencia, es divertida superficialidad. El museo es un río profundo de saberes y, como decía el historiador latino Quintus Curtius: ¨Los ríos más profundos son siempre los menos ruidosos´. El museo tradicional termite ver exclusivamente la superficie de este río, el nuevo museo debe facilitar la inmersión para que cada persona bucee hasta donde le plazca, descubra que es apasionante traspasar el espejo y sienta que la transparencia del conocimiento deja de ser un privilegio exclusivo de los iniciados.
(…)
Arte material e inmaterial
Aunque muchos e importantes museos nos recuerden que el museo almacén de lujo, el museo panteón, el museo escultura... gozan de una incomprensible buena salud, es evidente que "el templo de las musas´ (etimología de museo) encara el futuro con una mentalidad mas comunicacional, narrativa e hipermedia. El propio concepto de "museo" como colección que hay que preservar, ampliar y difundir lleva años abriéndose y ya no es recurrir a subterfugios lingüísticos para nombrar los museos difusores y conservadores del patrimonio inmaterial. El propio International Council of Museums (ICOM) reconoció oficialmente esa apertura dedicando el día Internacional del museo.
(…)
Todos los medios tradicionales y los novísimos basados en las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se ponen al servicio de los nuevos museos de arte material y, especialmente, de los mencionados de arte inmaterial hasta convertirlos en un autentico paradigma hipermedia. (…)
Incluso las obras que parece que se ofrecen plenamente al visitante, como son los cuadros, apenas dejan entrever parte de su riqueza expresiva si no se es capaz de descifrar sus códigos. Eco (1989, pag. 65) lo expresaba muy bien ya a finales de los años ochenta, afirmando que,
Un museo didáctico ideal debería estar sólo centrado, por ejemplo, en la Primavera de Botticelli. El visitante, con variados recorridos a elección, pasará a través de una serie de situaciones expositivas que lo informen sobre la civilización florentina del siglo XV, su música, su pensamiento filosófico, la vida cotidiana de la ciudad y de la casa, la vida de la corte, los problemas económicos, el modo de trabajar de los artistas, la organización del taller del pintor, las técnicas de pintura, los condicionamientos económicos de la obra, la tradición figurativa anterior, los valores políticos, morales, religiosos en los que el pintor se inspiraba, etc. En la medida en que estas informaciones se ofrezcan de modo atrayente usando todos los medios que se disponen, desde el film a la reconstrucción, el visitante estará en condiciones de comprender al final de su viaje que significa y porque es bella la obra de BotticeIIi.
Se ha utilizado en muchos casos el apelativo "interactivo" para dar un aire de modernidad al museo; pero todos esos calificativos de carácter venal sobran, pues todos los museos deberían buscar la interacción con sus receptores, incluso los tradicionales de pintura como el Museo del Prado de Madrid. (…)
Por otra parte, los museos han saltado a la Red para quedarse actuando autónomamente o como apoyo al museo real sin ningún tipo de afán sustitutorio, todo lo contrario, las web de los museos están llevando al museo físico nuevos visitantes mejor preparados para adentrarse en el disfrute de lo real después de una primera inmersión virtual. Es cierto que la mayoría de los grandilocuentemente llamados museos virtuales son meros folletos digitales en lugar de sedes virtuales. Buena parte de la culpa la tiene el propio lenguaje. Decimos "pagina web" del museo, en lugar de sede web o sede virtual del museo. Si nombramos mal, difícilmente el contenido será el correcto. Esto lo refleja muy bien Pedro Salinas (1991) en El defensor:
No habrá ser humano completo, es decir, que se conozca y se de a conocer, sin un grado avanzado de posesión de la lengua. Porque el individuo se posee a si mismo, se conoce expresando lo que lleva dentro, y esa expresión sólo se cumple por medio del lenguaje. Ya Lazarus y Steinthalt, filósofos germanos, vieron que el espíritu es lenguaje se hace por el lenguaje. Hablar es comprender, y comprenderse es construirse así mismo y construir el mundo.
Difícilmente vamos a construir una buena sede web de un museo llamándola pagina web.
Isidro Moreno.
Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
Profesor Titular de la Facultad de Ciencias de la Informaciónde la Universidad Complutense de Madrid.
Trabajo presentado para su publicación en la revista Kepes, proyecto del GRUPO EN DISEÑO VISUAL del Departamento de Diseño Visual de la Universidad de Caldas. Colombia.
(Fragmento)
Los nuevos museos, tanto de arte material como inmaterial, cuentan con todo tipo elementos discursivos, desde los tradicionales a los novísimos que les proporcionan las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. El museo se convierte así en un autentico paradigma hipermedia. El reto está en hacer converger adecuadamente todos estos elementos al servicio del conocimiento y de las piezas, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de profundizar hasta donde deseen. No hay que olvidar que la tecnología debe alumbrar y no deslumbrar.
Museum I+D+C
Las siglas que acompañan a la palabra museo (Investigación+Desarrollo+Creación) reflejan la actividad del grupo de investigación y creación de nuevos museos que dirijo desde hace años en la Universidad Complutense de Madrid, Museum I+D+C (www.uqn.fs/ info/ otri/ complutecJto/fichas/ tec_imorenol.htm), pero la palabra que mejor define mi relación con el museo es; sin ninguna duda, PASION. Y de esa pasión surgió la creación y posteriormente la investigación. Ahora creación e investigación son para mí un binomio indivisible que me permite una evolución continua como docente, como investigador y corno creador de nuevos museos.
Quienes me conocen saben que cuando afronto la creación de un nuevo museo me siento la persona mas afortunada del mundo. He tenido en mis manos el Beato de Liébana de Don Fernando y Doña Sancha, he ojeado la Biblia de Gutenberg, me he deslumbrado con las tipografías grabadas en oro del Códice Áureo, he estado a solas de madrugada con las Meninas y con Velázquez, también de madrugada he dialogado en absoluto silencio y en absoluta soledad con el Pantocrátor de San Isidro de León, me he movido por el Palacio Garnier de Jerez como si fuera su propietario, he montado en carrozas, he sentido el hálito de los guanartemes canarios en la Cueva Pintada donde rendían culto a sus ancestros, he estado a solas con obras de valor incalculable, me las han explicado los mejores expertos, he conocido su creación y sus avatares a través del tiempo, he seguido la pista de obras similares, he disfrutado descubriendo las interacciones que se producen en el laberinto de la cultura, he redescubierto la importancia del patrimonio intangible, he vivido el Misterio de Elche declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, he sentido el aliento de las musas, su delicado tacto... En esos momentos comienza el gran reto: transmitir esa pasión, esas emociones y ese conocimiento a los visitante del nuevo museo de manera que experimenten unas sensaciones similares a las mías y que puedan profundizar en el conocimiento de obras y procesos hasta donde deseen.
Una buena concepción museológica y una acertada plasmación museográfica trasforman a los visitantes en participantes, unos participantes que descubren que el conocimiento del nuevo museo se va tornando transparente e invita a sumergirse en una apasionada aventura vital e intelectual.
Los apocalípticos piensan que se esta produciendo una disneylandización del
museo tradicional, que se diluyen las barreras entre el parque temático y el Museo, que se pierde la esencia del mismo. Hay que preguntarse que entienden por esencia: ¿ser un centro de conocimiento codificado reservado exclusivamente a quienes poseen las claves ocultas como hasta hace bien poco?
metáfora acuosa permite comprender la diferencia que debe separar al museo del parque temático. El parque temático es un torrente ruidoso, es apariencia, es divertida superficialidad. El museo es un río profundo de saberes y, como decía el historiador latino Quintus Curtius: ¨Los ríos más profundos son siempre los menos ruidosos´. El museo tradicional termite ver exclusivamente la superficie de este río, el nuevo museo debe facilitar la inmersión para que cada persona bucee hasta donde le plazca, descubra que es apasionante traspasar el espejo y sienta que la transparencia del conocimiento deja de ser un privilegio exclusivo de los iniciados.
(…)
Arte material e inmaterial
Aunque muchos e importantes museos nos recuerden que el museo almacén de lujo, el museo panteón, el museo escultura... gozan de una incomprensible buena salud, es evidente que "el templo de las musas´ (etimología de museo) encara el futuro con una mentalidad mas comunicacional, narrativa e hipermedia. El propio concepto de "museo" como colección que hay que preservar, ampliar y difundir lleva años abriéndose y ya no es recurrir a subterfugios lingüísticos para nombrar los museos difusores y conservadores del patrimonio inmaterial. El propio International Council of Museums (ICOM) reconoció oficialmente esa apertura dedicando el día Internacional del museo.
(…)
Todos los medios tradicionales y los novísimos basados en las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se ponen al servicio de los nuevos museos de arte material y, especialmente, de los mencionados de arte inmaterial hasta convertirlos en un autentico paradigma hipermedia. (…)
Incluso las obras que parece que se ofrecen plenamente al visitante, como son los cuadros, apenas dejan entrever parte de su riqueza expresiva si no se es capaz de descifrar sus códigos. Eco (1989, pag. 65) lo expresaba muy bien ya a finales de los años ochenta, afirmando que,
Un museo didáctico ideal debería estar sólo centrado, por ejemplo, en la Primavera de Botticelli. El visitante, con variados recorridos a elección, pasará a través de una serie de situaciones expositivas que lo informen sobre la civilización florentina del siglo XV, su música, su pensamiento filosófico, la vida cotidiana de la ciudad y de la casa, la vida de la corte, los problemas económicos, el modo de trabajar de los artistas, la organización del taller del pintor, las técnicas de pintura, los condicionamientos económicos de la obra, la tradición figurativa anterior, los valores políticos, morales, religiosos en los que el pintor se inspiraba, etc. En la medida en que estas informaciones se ofrezcan de modo atrayente usando todos los medios que se disponen, desde el film a la reconstrucción, el visitante estará en condiciones de comprender al final de su viaje que significa y porque es bella la obra de BotticeIIi.
Se ha utilizado en muchos casos el apelativo "interactivo" para dar un aire de modernidad al museo; pero todos esos calificativos de carácter venal sobran, pues todos los museos deberían buscar la interacción con sus receptores, incluso los tradicionales de pintura como el Museo del Prado de Madrid. (…)
Por otra parte, los museos han saltado a la Red para quedarse actuando autónomamente o como apoyo al museo real sin ningún tipo de afán sustitutorio, todo lo contrario, las web de los museos están llevando al museo físico nuevos visitantes mejor preparados para adentrarse en el disfrute de lo real después de una primera inmersión virtual. Es cierto que la mayoría de los grandilocuentemente llamados museos virtuales son meros folletos digitales en lugar de sedes virtuales. Buena parte de la culpa la tiene el propio lenguaje. Decimos "pagina web" del museo, en lugar de sede web o sede virtual del museo. Si nombramos mal, difícilmente el contenido será el correcto. Esto lo refleja muy bien Pedro Salinas (1991) en El defensor:
No habrá ser humano completo, es decir, que se conozca y se de a conocer, sin un grado avanzado de posesión de la lengua. Porque el individuo se posee a si mismo, se conoce expresando lo que lleva dentro, y esa expresión sólo se cumple por medio del lenguaje. Ya Lazarus y Steinthalt, filósofos germanos, vieron que el espíritu es lenguaje se hace por el lenguaje. Hablar es comprender, y comprenderse es construirse así mismo y construir el mundo.
Difícilmente vamos a construir una buena sede web de un museo llamándola pagina web.
No hay comentarios:
Publicar un comentario