domingo, 29 de julio de 2007

Argentinos en el exterior



Martín Molinaro

I-Proyecto AKUA - Performance
Santa Elena de Uairén (Venezuela) :: Junio 2007

Recuerdo que cuando en mi viaje anterior a Venezuela, pude vivenciar la experiencia de estar casi 20 días con los ¨YEQUANAS¨, comunidad nativa que vive a orillas del Río Caura, bajo el Salto Para, me sorprendió la posición en cuclillas de sus cuerpos en los quehaceres cotidianos. A falta de mesas y sillas, el modo de organizar el cuerpo es en cuclillas, así comen, cocinan, dialogan, cosen, hacen sus artesanías, así tuve que colocar mi cuerpo todos esos días que allí viví. Fue una situación que no me resultó compleja, pues ahí hice conciente de que desde niño, incluso actualmente, es el modo en que suelo realizar muchas de mis actividades. Si debo comentar, haciendo un paréntesis, que lo que se me hizo complejo fue que nadie habla español, solo mi amiga Yequana que me había invitado a su comunidad.
Posteriormente viaje a China y fue grande mi sorpresa al ver que en esa posición los Chinos, esperan los autobuses, dialogan en la calle, hacen colas en los bancos, etc.
Al decidir en que posición colocarme para esta Acción, inevitablemente, mi cuerpo respondió así.


II-Proyecto AKUA - Performance
Santa Elena de Uairén (Venezuela) :: Junio 2007

Este proyecto se realizó en Venezuela, por invitación del IAIME, en una población del sur, frontera con Brasil, en plena Gran Sabana.
El pueblo es pequeño, alejado de los centros de Arte Contemporáneos. Viven allí, mineros, nativos, criollos, militares.
La acción fue simple. Coloqué 100 regaderas de juguete en una calle. Frente a la casa de la Cultura.
Luego ocupé el lugar de una de ellas en posición de cuchillas.
La obra había comenzado.
La gente miraba con cierta extrañes y curiosamente se habían ubicado detrás mío.
Ansiedad.
De pronto siento el primer chorro de agua en la espalda.
Una niña de rosado había comenzado. Me dio vueltas, como si fuera, mi cuerpo una planta, pequeña.
Y vino otro, y otro y otro.
Gente que se detenía en su paso a hacer compras, estudiantes que salían de la escuela, gente que se agrupó en el sitio intentando decodificar que sucedía. Mucha gente. De todas las edades.
La obra duró 3 horas, durante 3 horas, en las que salió el sol, se escondió, volvió a salir fueron vaciándose las regaderas. Cada persona además se llevaba su regadera, para que la obra continúe, quien sabe como, quién sabe donde.
Finalmente un niño, no más alto que yo en cuclillas, me dice, luego de vaciarme la regadera en la cabeza:
¨Ya te puedes parar¨.
La obra termino.
Al día siguiente caminaba por el pueblo y vi a unos niños jugando con una de las regaderas frente a una pequeña casa. Pensé... "mierda, qué lindo!"


2 comentarios:

cristina dartiguelongue dijo...

Martin ,muy buen trabajo . me sorprende lo tuyo. Gracias por mandarmelo
Creo que las sillas nos han arruinado,tambien observe las posiciones en Peru y China. Saludos Cristina

sergio dijo...

Martin: me encanto recibir el proyecto. Desde esta cordoba, que esta generalmente quieta, es sumamente apreciable encontrar una regadera para levantar y regar sueños, esperanzas, revoluciones, que nos hagan pensar una realidad de iguales donde nos protejamos con los paraguas a nuestro alcance. Sergio Martina, desde Cordoba, Argentina