viernes, 19 de junio de 2009

Baleros intervenidos por Osvaldo Mastromauro *

Sobre la muestra realizada en el Centro Municipal de Exposiciones de San Isidro.

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Dada la antigua afirmación que dice que Dios es un niño que juega al mundo con los dados, pasando por las exhaustivas investigaciones de Ernst Gombrich sobre la representación en su libro Meditaciones sobre un caballo de juguete, la relación del arte con el juego, la parte lúdica que siempre suele asomar en los artistas, se estableció una relación entre el homo ludens (Huizinga, obviamente) y su producido, que conlleva destacar la parte de niño que aún todos portamos, como garantía de la inocencia primera.

Por ello – y muchos eventos más que le seguirán - cabe aquí detenerse en este acontecimiento casi único, por la variedad y calidad de los convocados, la amplitud en la previa selección, y el sorprendentemente grato resultado final obtenido. La actitud de la mayoría de los artista intervinientes (más de trescientos) sorprende aún para un ojo presuntamente entrenado por la capacidad de entrega, dación, acabado y creatividad que pusieron en esta convocatoria.
La muestra exhibe un admirable capítulo: la gran mayoría de los artistas realizaron un esfuerzo por salir de sus propios límites; léase, han incursionado en técnicas o enfoques que no son los habituales medios que ellos manejan.
Por otro lado, el grado de colaboración al proyecto que hace años impulsa
esa infrecuente persona que es Jorge Meijide ha logrado aunar artistas recién venidos (salve, Macedonio) con aquellos cuya consagración no les impidió tomar el riesgo de apropiarse de otras disciplinas ajenas para cumplir la grata tarea encomendada.

No puede dejar de mencionarse a Elena Tufró, quien se incorporó al proyecto desde el principio y, desde adentro de la Municipalidad, fue incansable para llevarlo adelante; y al Dr Roberto Polinesi, concejal de San Isidro, que impulsó y apoyó el proyecto en forma incondicional: ambos pertenecen a la Asociación Amigos del Museo, que Jorge preside. El futuro Museo tendrá como Director a Ricardo Olivera Wells, que aporta su colección de juguetes industriales, nutrido de esta colección y los juguetes caseros de la colección Meijide (zancos, carritos de rulemanes, trompos, bolitas, teléfono de latas, etc) más las gigantografías por el realizadas: balero, yo yos, autito de carrera preparado, trompo, etc.).


El rey Enrique III de Francia impuso la moda del balero durante su reinado, (circa 1575) pero el “bouquet" o macho cabrío que implica poner los cuernos como se hace con el mismo adminículo, reconoce antecedentes del juego muy anteriores en nuestra América, en Yucatán, donde se lo realizaba con cráneos humanos. Y no viene a mal la historia: en esta ocasión, los artistas pusieron, además de la probidad de su oficio y talento creador, el balero para crear un conjunto de obras que, a todas luces, se muestra extraordinaria.

Es imposible no traer a cuento como digno antecedente los juguetes de Joaquín Torres García, desarmables y pasibles de ser ensamblados de distinto modo, que el gran maestro uruguayo pensó como modo de subsistencia al fabricarlos en escala, donde se hace presente el talante del creador de la Escuela del Sur. Paul Klee fue otro de los artistas que en su momento se adentraron en el curioso mundo de los juguetes infantiles: para entretener a su hijo Félix, realizó un pequeño telón de fondo de teatro y un total de cincuenta títeres, de los que hoy se conservan treinta: fechadas entre 1916 y 1925, estas piezas suponen uno de los más originales hallazgos del artista.
Entre nosotros se destacan las piezas de Marcelo Bonevardi, munidas de la delicadeza y originalidad que le caracterizaron, y por supuesto, el rompecabezas de Xul Solar, su ajedrez cósmico.

Fielmente, estos baleros combinan un agudo sentido del humor con lo grotesco, la sátira o la fantasía, constituyendo además una vía de excepción para expresar las impresiones del artista acerca de la tragicomedia de las situaciones humanas, una suerte de paradigma de un mundo en el cual no existen esquemas preestablecidos, donde nada está dado, y constituyen uno de los aspectos esenciales de la relación juego- juguete, donde se puede observar a la humanidad desde el distanciamiento o la excesiva proximidad. Sólo por citar algunos, destacamos los baleros intervenidos por Raúl Ponce, Griselda Ferreyra, Jorge Abot y Oscar Stáffora.

El Juego siguió con el sorteo de 200 de ellos para aportar a los fondos de la institución, y su remanente será rematado en agosto en el Museo de los Niños del Abasto, con la misma excelente finalidad.

Osvaldo Mastromauro / junio del 2009

*Osvaldo Mastromauro
Crítico de Arte, Escritor, Curador Independiente. Se especializa en las relaciones entre artes plásticas, literatura y pensamiento-filosofía. Profesor en Filosofía, egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata. Como Crítico de Arte, fue Consejero Electivo de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), en los periodos
1997-1998 y 1999-2000. Coordinador del Comité de Comunicación y de Relaciones Internacionales de la AACA. Miembro Ejecutivo de la constitución del Secretariado Regional AICA para América Latina (2000-2001).

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