MILO LOCKETT
Una obra que “es lo que es”.
Pienso que el arte debe ayudar a ser mejor persona.Me parece también que es una palabra muy inclusiva, muy comunicativa y globalizadora.
En apenas diez años de trabajo, elartista plástico Milo Lockett halogrado el reconocimiento y laconsagración dentro del ámbitoartístico. Sus obras juegan con la simpleza de la línea y el grafismo,valorizando aquellas expresionesprimarias que encuentran correspondencia con su labor social abocada a los niños y las comunidades nativas del norte denuestro país.
En su breve estadía en la Ciudad de Buenos Aires, dentro del marco de su exposición recientemente inaugurada en la Galería Teresa Anchorena, Milo accedió a una entrevista con Pliegos de Arte en la que pintó suvisión acerca del rol del artista enla actualidad.
PdA: - ¿Cuáles fueron tus primeros contactoscon el arte?
ML: - Yo empecé a dibujar cuando era muy chico. Me gustaba mucho el dibujo. Y me sigue gustando. Trato de dibujar como pintar, las dos cosas son muy importantes para mí, no las separo. Mientras hacía la escuela primaria, en paralelo hacía los talleres libres de la Escuela de Bellas Artes de Chaco. Después, en la adolescencia, dejé de pintar porque hacía deportes y me cargaban con eltema del dibujo, no encajaba mucho. Retomé a los 20 años más o menos; hubo un período de siete años en los que no dibujé, no pinté, pero miraba, tenía esa cosa presente. Y volvía dibujar, en esa época tenía bares, entonces dibujaba mucho en servilletas. Así, empecé a sentir que en algún momento me iba a dedicara pintar, pero no lo veía como un trabajo;creía que de eso no se podía vivir, porque eralo que siempre había escuchado. Eso empezóa cambiar y comencé a hacer una muestraanual. Armaba una muestra y organizaba unvernisagge, pero no me dedicaba a ésto, teníaotra actividad.Eso fue en Chaco en el ´97, ´98.
PdA: - ¿Y cómo decidiste dedicarte exclusivamenteal arte?
ML: - En 2001, con la crisis. Yo tenía unos locales de ropa, una fábrica de remeras y meestaba fundiendo. Un día me pidieron hacer una muestra en un centro cultural grande y empecé a pintar y a desconectarme de mi realidad. Hice la muestra, me pidieron que ponga precios, vendí casi todas las obras esa noche y al otro día me levanté y dije “No trabajo más en nada que no sea pintar”.
PdA: - ¿De qué manera abordaste esa decisión?
ML: - Después hice unas becas Antorchas. Trabajé mucho, tengo muchas horas de taller, de investigación en diferentes pinturas, de jugar. Me parece que uno ahí va encontrándose con lo que puede hacer. Una cosa que aprendí es que uno hace lo que puede hacer, no lo que no sabe hacer. Ni esperar la súper obra, ni convertirse en el mejor artista y todo eso que enseñan en las universidades de arte. Las becas fueron muy importantes en cuanto a los cruces con otros artistas. Así, me enteréde que tenía referentes como Marina de Caroy, Tulio de Sagastizábal.
PdA: - ¿Cómo te insertaste en el mercadoporteño?
ML: - A Capital llego porque quería mostrarmi trabajo, no me cerraba solamente pintar y estar en Chaco. Aparte ya empezaba a viajar por el interior. Me dedicaba todos los días atrabajar por unas horas socialmente la pintura, y así fui armando proyectos que tomaron importancia y se convirtieron en otra cosa. Me financiaron un proyecto llamado Estampando geografía. Todo fue así como“prueba y error”. No respeto nada lo establecido. Esa situación de ser medio salvaje, decorrer riesgos, es interesante en cuanto alarte. El hecho de no tener miedo me hizo llegara Buenos Aires. Después estuve en el Borges, eso fue determinante. Luego, en el 2006, fui la revelación de Arte BA de la mano de Teresa Anchorena.
PdA: - ¿Considerás el arte como un trabajo?
ML: - Sí, totalmente. Es un trabajo comocualquier otro. Es algo que por ahí no se mide, el arte y el mercado del arte van de la mano. No puede haber arte si no hay dinero para consumir arte.
PdA: - ¿Tratás de abocarte a algún público en especial?
ML: - No. Es muy difícil determinar el público que se acerca a mi obra. Yo trabajo con chicos, a ellos les gusta, a la gente más grande también, tanto como al tipo que conoce de arte y es un intelectual. Me parece que voy encontrando un lenguaje en el cual la gente, a lo mejor, se siente en cierto modo reflejada, identificada. Mi obra no es pretenciosa, sino que “es lo que es” y me parece que el público elige.
PdA: - ¿En este sentido, cuál es tu concepcióndel arte? ¿Pensás que debe tener una función política y social?
ML: - Yo me planteé que tenía que ser un artista social. No porque no hacerlo esté mal, sino porque ése es mi lugar. Es donde me siento cómodo, tratando de ser portavoz de lo que está pasando. Pienso que el arte debe ayudar a ser mejor persona. Me parece también que es una palabra muy inclusiva, muy comunicativa y globalizadora. Esa cosa que siempre es “inútil” se convierte en algo útil… Ayer por ejemplo recibí el premio del INADI por el trabajo que hice en las comunidades aborígenes con un proyecto que se llama La gira interminable (que empezó el año pasado y que no tiene fin) en el cual trabajo con 18 chicos especiales.
PdA: - ¿Y se puede congeniar este trabajo social con el que hacés en las galerías?
ML: - Trato de no mezclar las cosas. Yo no cambio cuando vengo a la galería, ni cambio cuando voy allá. No necesito disfrazarme de pobre para estar con los pobres. Son dos trabajos distintos. Aprendí mucho a integrarme y a aprender más que a enseñar. Hay mucho que aprender e investigar. Cuando los chicos me preguntan “¿usted sabe dibujar?”, yo les respondo “no”. “¿Pero cómo, si usted es pintor?”. “Bueno, sí, vamos a ver”, y las maestras se enojan. Es que los chicos tienen vergüenza. “Juancito dibuja bien, Pedrito dibuja mal”. Son todas cosas que los grandes hacemos mal. Tiene que ver con la mala educación. Los chicos tienen que dibujar. Cada uno tiene un lenguaje. Yo una vez dibujé en una escuela un elefante de 6 patas. La maestra me preguntó:“¿dónde estudió, Milo?” Y yo le contesté “en la calle, yo tengo sentido común”.
PdA: - ¿Cuáles son tus referentes artísticos?
ML: - A mí el artista que me hizo tener ganas de pintar fue Jorge de la Vega, es el artista que más me gusta. No me siento identificado con él, no lo tomo como referente, pero es lo que
me gustaría ser. Me parece increíble su pintura, su lenguaje, su forma.
PdA: - Utilizás mucho el grafismo y la palabra como elemento compositivo de tus obras, pero no les colocás título.
ML: - Es cierto, mis obras no tienen título. Es muy divertido, a veces me piden que les ponga título o los ponen ellos (el público). “Le pusimos Amanecer” y a mí me encantó. Es un ida y vuelta, esta apertura marca ladiferencia. Quizás… con las palabras… cuando escribo“dulce”, por ahí me dicen que es cursi, peroen los cerebros retorcidos es cursi. La palabra dulce es una palabra preciosa, o “quereme”. ¿Nunca escuchaste “decime que sí”? ¿O pediste “mamá, haceme milanesa”? ¿Yqué, soy un intelectual de la milanesa? O sea, puede ser eso, como puede ser un Rembrandt, ¿cuál es la diferencia?
PdA: - ¿Actualmente en qué estás trabajando?
ML: - Ahora estoy experimentando con recortes que tienen volumen, estoy haciendo unos chanchos, unos tapires, unos objetos grandes sobre chapa. Yo no soy escultor, trabajo con uno, y además con un herrero. Me gusta probar.
PdA: - ¿Cuáles son tus proyectos para elpróximo año?
ML: - Arrancamos en enero en Punta del Este con una muestra grande con Maman. El año que viene ya está todo armado, uchas muestras, mucha actividad. Expongo en el Fay Gold Gallery en Atlanta. Tenemos el sueño de construir la Casa Garraham en Chaco, que va a ser la primera fuera del Garraham y que va tratar pacientes que hacen el ambulatorio.
Ivana Lis Wendling L.
Ma. Laura Martínez Bigozzi
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