Concierto XI dentro del ciclo de conciertos de
MUSICA CONTEMPORANEA
realizado en el TGSM .
30/10/2007 al 2/12/2007
INTERPRETES:
Aki Takahashi /piano (Japón)
Marc Sabat/ violín (Canadá)
Rohan de Saram/ violoncelo (Gran Bretaña)
Como los pintores del expresionismo abstracto, Morton Feldman creía en la dificultad de "hacer foco" ya que, tanto en la vida como en el arte, las relaciones son tenues, inciertas, envolventes. Entonces, la individualidad de los pintores -o de los compositores- se halla siempre insegura, rodeada de ambigüedades.
Feldman solía decir que la tragedia de la música comienza con la perfección. Su Trío comienza con un material que entraña cierta lógica o razón, pero que luego no es desarrollado a lo largo de la obra. Si la perfección demanda una visión única, entonces su música es imperfecta. No ilustra nada, no enfatiza emociones, no se dirige a ningún lado. Confía en que el oyente encuentre, para su música, ese camino incierto. En el Trío de Feldman, la tensión entre el material con el cual trabaja y el proceso gradual que facilita su percepción deviene en un exquisito balance y proporción entre los tres instrumentos, otorgándole a la textura de la pieza una absoluta transparencia. Las diferentes combinaciones iluminan y ensombrecen la superficie sonora, provocando al oyente la sensación de estar cada vez más lejos del principio pero, a la vez, siempre en el mismo punto.
AUSPICIA Fundación Proa I Fundación CEAMC I Embajada de Canadá
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Aki Takahashi /piano (Japón)
Marc Sabat/ violín (Canadá)
Rohan de Saram/ violoncelo (Gran Bretaña)
Como los pintores del expresionismo abstracto, Morton Feldman creía en la dificultad de "hacer foco" ya que, tanto en la vida como en el arte, las relaciones son tenues, inciertas, envolventes. Entonces, la individualidad de los pintores -o de los compositores- se halla siempre insegura, rodeada de ambigüedades.
Feldman solía decir que la tragedia de la música comienza con la perfección. Su Trío comienza con un material que entraña cierta lógica o razón, pero que luego no es desarrollado a lo largo de la obra. Si la perfección demanda una visión única, entonces su música es imperfecta. No ilustra nada, no enfatiza emociones, no se dirige a ningún lado. Confía en que el oyente encuentre, para su música, ese camino incierto. En el Trío de Feldman, la tensión entre el material con el cual trabaja y el proceso gradual que facilita su percepción deviene en un exquisito balance y proporción entre los tres instrumentos, otorgándole a la textura de la pieza una absoluta transparencia. Las diferentes combinaciones iluminan y ensombrecen la superficie sonora, provocando al oyente la sensación de estar cada vez más lejos del principio pero, a la vez, siempre en el mismo punto.
AUSPICIA Fundación Proa I Fundación CEAMC I Embajada de Canadá
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