domingo, 28 de octubre de 2007

PERFIL: Luis Felipe Noé

NOE EN ALGUNAS LINEAS
por Luis Felipe Noé


del catálogo de la muestra
Noé en línea, realizada en el MAMBA
ver muestra


Como en todo currículum vitae, comenzaré diciendo que nací en Buenos Aires en 1933. Pero si adopto aquí la primera persona, lo que es inusual en este género, es porque deseo, además, reflejar la importancia que ha tenido el dibujo en mi proceso artístico, ya que se me conoce ante todo como pintor. Sin embargo, yo no divido las categorías pintura y dibujo. Así como un concierto de violín es tan música como uno de una orquesta sinfónica, creo que un dibujo es una forma de ser de la pintura y no meramente su estructura básica como lo enseñaban y lo enseñan las academias. Más aun, así como en una sinfonía la orquesta suele callarse para dar lugar al primer violín en la pintura el color puede silenciarse para dar lugar al dibujo o puede convertirse nada más que en pura línea.

Si bien de esto fui conciente progresivamente, puedo señalar el punto de partida: el año y medio (1951-52) que estuve en el taller de Horacio Butler. De él aprendí que dibujar no es meramente representar sino, ante todo, hacer una presentación visual.
Mi primera aparición pública como artista la hice como dibujante hace medio siglo. En 1957, luego de mi viaje de luna de miel con Nora Murphy a la quebrada de Humahuaca hice una serie de dibujos que fueron publicados en la revista El Hogar con el nombre de Estampas del Norte. Acompañaba los dibujos con un texto donde decía: Allí no se puede dibujar a la figura con un criterio individualista: hay que fusionarla con su medio. Y he aquí la necesidad de emprender el camino de la abstracción. Entre la naturaleza y la figura debe extenderse el puente de la fusión, término por sí sólo abstracto". O sea, allí estaba formulando un concepto definitorio de una "otra figuración" cuatro años antes de la concreción del grupo que integré junto a Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge De la Vega.

Pero, tal vez, en el contexto del informalismo primero y luego de mi amistad con Alberto Greco me encontré personalmente con la pintura a través de la mancha. Por ello el dibujo pasó a un segundo plano y lo hada con gruesos trazos de tinta. Sin embargo acompañaba los catálogos o los afiches de mis primeras muestras de pintura (1959, 1969, 1961) con dibujos. Así, en 1961, año de mi Serie Federal, y pocos meses antes de la muestra Otra Figuración, Deira, Macció y yo (no recuerdo porqué De la Vega no estaba inéluido, aunque supongo que era porque dibujaba muy poco por entonces) junto con Antonio Seguí hicimos una exposición de dibujos en la Galería Galatea.

En 1962 a nuestro retorno de un primer viaje a París los cuatro del grupo realizamos casi simultáneamente dos exposiciones: la primera de dibujos titulada Esto en la Galería Lirolay, la segunda de pinturas en la Galería Bonino, dividida ésta última en dos etapas sucesivas. La muestra de dibujo estaba inspirada en la Argentina que encontramos a nuestro regreso: el enfrentamiento de militares de un mismo ejército, el sainete de azules versus colorados.
Luego se fue mi pintura extremando en la búsqueda de la ruptura de la unidad visión quebrada y el caos como estructura, así llegué a instalaciones muy complejas que realicé en 1964 en Nueva York y continué en 1965 en Buenos Aires.
El dibujo por entonces era la propia estructura caótica que se instalaba en el espacio. Pero cuando las mostré en enero de 1966 en la Galería Bonino de Nueva York, la acompañé de dibujos sobre papel en los que la línea dialogaba con el collage.
Abandoné en 1966 a la pintura por nueve años dado que había dejado el plano y esas instalaciones eran muy complejas. De manera inmediata me aboqué a investigar ambientaciones con espejos plano-cóncavos. Simultáneamente realicé grabados con materiales espejados. Con uno de ellos en el cual se combina un autorretrato en aguafuerte dos acetatos y un espejo- obtuve el Premio Internacional más importante hasta ahora: Una mención de honor en la Bienal Internacional de Tokio, 1978.
Pero luego, abandonadas también estas experiencias, la angustia que me producía no realizar obras me llevó en 1979, ya de regreso en Buenos Aires, a una terapia psicológica con el doctor Gilberto Simoes. No hice diván, sino que mientras hablaba dibujaba. Así fue apareciendo un mundo que sirvió como introducción a mi retorno a la pintura en 1975, luego de dibujar intensamente y de tener un taller con alumnos. La línea y las vibraciones (entre líneas y entre colores o entre líneas y colores) eran el eje de mi enseñanza. Poco antes, en 1974, publiqué una novela de carácter subjetiva escrita y dibujada (Códice Rompecabeza sobre Recontrapoder en cajón desastre, Ediciones De-la Flor, 1974, Buenos Aires) que también fue una consecuencia de las sesiones terapéuticas.
En 1975 las series de dibujos y pinturas o de obras donde se interrelacionaban la línea con el color tituladas La naturaleza y los mitos y Conquista y violación de la naturaleza, marcan mi retorno a la pintura.
Al año siguiente partí a París donde residí once años, pero viajando y exponiendo seguido en Buenos Aires. Dibujé mucho en ese periodo. Poco antes de mi viaje a París escribí un texto denominado Aproximaciones al Dibujo, el cual se encuentra en el presente catálogo. A mi regreso en 1987 continué pintando y dibujando intensamente. Por ello en 1990 realicé mi primera exposición exclusiva de dibujos y de obra sobre papel (Papeles, papelitos y papelones) en la cual se incluía un dibujo de más de ocho metros de longitud. La exposición que realicé en 1992 en la Galería Klemm titulada Jeroglíficos encontrados en las cavernas de Buenos Aires, estuvo acompañada de grandes ampliaciones de dibujos.
En 1993 publiqué en Bogotá una carpeta donde incluyo textos, dibujos y collages para referirme al descubrimiento de América (A Oriente por Occidente, Ediciones Dos Gráficos, Bogotá, 1992).
En 1994 la empresa IMPSAT publicó como obsequio de fin de año el libro La otra, el otro y la otredad, en el cual dibujos con color míos acompañan frases de diversos autores y anónimas sobre el hombre la mujer y el amor.
En ese mismo año 1994 volví luego de veintiocho años a hacer y exhibir una instalación, fue en el Museo Nacional de Bellas Artes y la denominé Instauración institucional. Se trata de una reflexión sobre la historia argentina. Laura Buccellato, ha querido exponerla en la presente muestra dado que la interpreta como un dibujo en el espacio.
En la exposición Errores, omisiones y otras desprolijidades, (Centro Cultural Borges y Galería Rubbers, 1997) expuse varios dibujos y obras sobre papel acompañando grandes pinturas.
En el año 2001 volví a realizar una muestra de dibujos y obras sobre papel con el nombre de Paisajes humanos, organizada por la galería Rubbers en la sede que entonces tenía en El Ateneo Grand Splendid conjuntamente con otra de pinturas en su local tradicional. A partir de ese momento he expuesto todos los años en esa galería, pero en su nuevo local de la Avenida Alvear, obras donde la pintura convive cada vez más con el dibujo.
Mi libro Recontrapoder... tuvo una nueva versión en historieta realizada a medias con Nahuel Rando (Las aventuras de Recontrapoder, Ediciones de la Flor, 2003). En esta oportunidad el dibuja se relaciona íntimamente con la estructura literaria.
En la actualidad sea en tela o sea en papel, la relación entre la línea y el color como elementos independiente pero que dialogan entre sí es lo que más me interesa.
Luis Felipe Noé / 2007

1 comentario:

María José Bozzone dijo...

He leído algunas notas suyas y párrafos de libros. También he contemplado otras obras visuales. En lo particular me hace vibrar su interes para que en este tiempo voraz entendamos que lo todo es ajeno, que siempre hay una falta, que retomar lo antiguo tambien es criterio para lo moderno. Su obra se me convierte en filosofica, porque nos interroga acerca de nuestros alcance

Felicitaciones y Grcias por dejar una entrada en este blog