viernes, 22 de abril de 2011

IMPRESIONES DE UNA PSICOANALISTA: Puntualizaciones sobre la repetición en la obra de LOUISE BOURGEOIS.



Foto de Aníbal Garfunkel, artista visual.

En el marco de la visita a la muestra “El retorno de lo reprimido” (con sede en Fundación PROA) de la artista franco-estadounidense Louise Bourgeois -junto al artista visual Aníbal Garfunkel y Arsomnibus-, el periodista Juan Calegari me convocó para escribir unas líneas sobre esta singular artista.

Enfrentarme con esta demanda, puso a circular inquietudes que tenía sobre su vida y obra. Por el carácter inagotable de las mismas, hice un recorte sobre la cuestión de la repetición que atraviesa toda la obra de Bourgeois.

Transitar por esta muestra, inaugura un tiempo para la reflexión ya que la artista utiliza como material de trabajo temas que movilizan por ser concernientes a la naturaleza humana. Bourgeois se sirve de sus miserias y de su dolor, la angustia opera como motor de su proceso creativo.

Al respecto, Freud nos dice en su artículo “Múltiple interés del Psicoanálisis. El interés del Psicoanálisis para la Estética”, que el ejercicio de la actividad artística se dirige a mitigar los deseos insatisfechos, lo que sucede tanto en el artista creador como en el espectador de la obra de arte. Las fuerzas impulsoras del arte son aquellos mismos conflictos que conducen a otros individuos a las neurosis y han movido a la sociedad a la creación de sus instituciones. Lo que se liga íntimamente con la frase de la artista, “el arte es garantía de cordura”.

El artista presenta realizadas sus fantasías vía una transformación que encubre lo revulsivo de sus deseos insatisfechos, ateniéndose a normas estéticas, ofreciendo al público un goce artístico. De esto habla en parte su obra “The Destruction of the Father (La destrucción del padre)”, donde Bourgeios destruye a su padre en la fantasía, dada la rivalidad instalada frente a la figura paterna.

Lo que se desprende de la obra de Louise Buorgeios, es una trama conflictiva que gira en torno a temas que se repiten una y otra vez de un modo compulsivo y así se perpetuán al infinito. A saber, las temáticas que aborda son: el manejo de la libido y la agresión, la ambivalencia afectiva (rasgo que se repite por excelencia), la dialéctica de las identificaciones con las figuras parentales, la maternidad, la culpa y el centro de la escena la ocupan sus temores, miedo que es la contracara del deseo. Esto deja entrever cómo las pasiones del ser (amor-odio-ignorancia), ponen de manifiesto las resistencias que impiden al sujeto acceder a su deseo y por lo tanto lo retienen.

Tal como lo señalara Philip Larrat-Smith, Curador de la mencionada muestra, “… el artista es también una suerte de atormentado Sísifo, condenado a repetir el trauma infinitamente a través de la producción artística”. En efecto, la repetición es un concepto fundamental en Psicoanálisis -tanto de la teoría como de la praxis- y es en esa praxis donde Freud advierte por primera vez la repetición y la describe en su texto “Recordar, repetir y elaborar”. En su escrito, “Mas allá del principio de placer” introduce el concepto de pulsión de muerte que construyó a partir de su lectura de la compulsión a la repetición. Por su parte, Lacan en el seminario “La lógica del fantasma” piensa el estatuto de la repetición como constituyente del sujeto mismo y la articula en relación al acto. El recorrido mínimo que describí sobre este concepto, requiere de la lectura respetuosa de dichos textos y de otros que le dan sustento teórico pero no voy a detenerme en esto en esta oportunidad.

Ahora bien, en la obra de Louise Bourgeois la repetición se despliega en sus sueños, escritos personales, esculturas, dibujos, acuarelas, etc. Dado que el inconsciente no resiste, sino que repite, insiste en manifestarse. En palabras de Bourgeois “Un tema me atrapa y entonces hago bocetos y dibujos. Eso significa que la obsesión durará varios meses. Después desaparece y reaparece años más tarde. Nunca me siento totalmente satisfecha. Si lo estuviera, dejaría de trabajar y sería muy feliz”. De este modo, intenta dominar sus conflictos, repite como “modo de hacer” con la angustia.

El inconsciente sólo pide hablar y nos entrega sus formaciones: sueños, síntomas, fantasías, etc., nombradas como el retorno de lo reprimido (debido al fracaso de la represión). El material reprimido sólo puede retornar a la consciencia a condición de ser deformado –por efecto de la censura-, es decir velo mediante, un disfraz que proteja al yo frente a la angustia.

En síntesis, la muestra “El retorno de lo reprimido” invita al espectador a ser partícipe de las escenas de la vida privada de la artista y zambullirse en las profundas aguas de su inconsciente. Sus obras hacen las veces de un gran espejo en el que nos reflejamos, y sin lugar a dudas nos moviliza ver lo que este espejo nos devuelve de nosotros mismos.

Por último hay una cuestión que me parece interesante enunciar: el inconsciente está estructurado como un lenguaje afirma Lacan, un lenguaje que no muere nunca por lo que el inconsciente cobra una dimensión atemporal donde convive lo infantil con lo adulto. Así, pasado y presente aparecen engarzados en el hilo del deseo que pasa a través de ellos.

                                                         Ver Video. Producción KONIEC




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