El viernes 24 de septiembre la Universidad del Salvador organizó un panel de notables que conversaron sobre la obra de la gran artista húngara de nacimiento y franco-argentina por elección, Magda Frank.
Nelly Perazzo
El auditorio de la USAL brillaba con luz propia iluminando la figura y el derrotero artístico de esta escultora que dejó más de veinte monumentos en Francia. Sobre el escenario, un panel de figuras importantísimas de nuestra Academia de Bellas Artes y de la cultura en general expusieron diversos temas, configurando un retrato coral de Magda Frank, su vida y su obra.
El panel fue moderado por la Prof. Nelly Perazzo, quién dio la palabra al Sr. Alberto Piñeiro. Éste conferenció sobre la exhibición de Frank realizada en el Museo Saavedra, la experiencia de haberla entrevistado y alojado su obra. Luego, la Dra. en Historia e Investigadora de temas precolombinos, Ruth Corcuera, se expresó sobre el vínculo de Frank con el universo simbólico precolombino. A continuación, se conversó sobre las esculturas públicas y sus particulares emplazamientos, en palabras de la Prof. María del Carmen Magaz. El panel de notables, se cerró con la oratoria del director de la Casa-Museo Magda Frank, Tulio Andreussi, quien en pocas, pero emotivas palabras, recordó a la artista y comentó la futura exhibición en el Museo Oscar Niemeyer de Curitiba, Brasil.
Ruth Corcuera
A fines de octubre, el Museo Oscar Niemeyer, localizado en Curitiba, Brasil, hará una retrospectiva de su obra –la primera gran exhibición exhaustiva de su trabajo en América. Se presentará un catálogo con textos críticos escritos por Perazzo, Corcuera y Magaz, quienes con su labor de profundización, contextualización e investigación lograron aportar nuevas miradas a la historia de esta mujer increíble. El catálogo será un libro de estudios para generaciones futuras, historiadores del arte e investigadores en la temática, dado que no existe hasta la fecha ensayo alguno que aborde de manera meticulosa y erudita la obra de Magda Frank. La sala Frida Khalo del MON alojará piezas escultóricas en diversos materiales, representando así el amplio espectro de intereses plásticos de Magda y la maestría demostrada con cada técnica; bronce, mármol, madera y siporex. Asimismo, el público podrá disfrutar de trabajos bidimensionales tales como relieves, dibujos exploratorios, bocetos, planos de monumentos y otras búsquedas preliminares. Por último, pondremos a disposición del visitante una serie de escritos de Magda Frank, los cuales son una clave de acceso fundamental a su legado.
Durante su búsqueda figurativa, sin dudas, es el Hombre Grande (1952) la obra de mayor envergadura. Concebida un año antes de realizar su primera exposición en la Argentina, es un trabajo donde se condensan el dolor con la esperanza. El hombre mira al cielo, esperando encontrar una respuesta. De está época de su vida artística, tenemos testimonios del crítico de arte Córdoba Iturburu quien escribe en el diario Clarín del 20 de junio de 1953: “La primera exposición que ella realiza nos pone frente a un auténtico valor, un espíritu vigoroso, un metier perfecto, siempre en búsqueda de renovación”, con motivo de su primera exposición personal en la Galería Henry de Buenos Aires, según apuntara Héctor Tizón al redactar su biografía.
El Hombre Grande (1952)
Gracias a que Magda llevó con diligencia y constancia el hábito de escribir en un diario, sabemos de la importancia de Hombre Grande. Según ella apuntara: “refleja mi alma. Cada parte, como el conjunto, expresa una desesperación infinita. Nadie lo quiere, él acusa, sacude al espectador. Mirando al Cielo, pregunta: ¿por qué tenemos que sufrir tanto? Quién pregunta, todavía, espera…".
Se destaca el valor del acervo documental y el rol principal que juegan los textos redactados por la artista misma siendo el Diario una joya infinitamente atesorable. Hoy, éste testigo mudo es uno de los manuscritos más interesantes dentro de los más de cientos de escritos protegidos por el Archivo Magda Frank con sede en su Casa-Museo del barrio de Saavedra.
Diálogo (1967) representa la indagación en el terreno de la geometría abstracta. Frank había regresado a París, donde la reciben con exposiciones, comisiones de monumentos y participación de certámenes internacionales. Encarna su camino propio en dirección al constructivismo, el cual muy pronto se separa de su exponente internacional para constituirse en un desarrollo que empieza, tímidamente, a interesarse por las formas precolombinas. Se trata de un punto de llegada de una serie de composiciones donde los vacíos cobran jerarquía adquiriendo el mismo valor que los llenos. Los volúmenes son rectos, cúbicos y de la figura humana sólo queda una sugerencia de proporciones.
Diálogo ( 1967)
En 1975, año de exposiciones y construcción de numerosos monumentos en toda Francia, termina de tallar Vegetation. Es un exponente de la renovación constante de su imaginario, el cual se ve animado por un soplo vivo, una suerte de movimiento de ascensión. En este captar el movimiento y darlo como consciencia nueva a la pieza podemos encontrar su deuda de admiración hacia el gran Constantin Bracusi. Aquel, padre indudable del esencialismo estético del siglo XX, como señala Nelly Perazzo en su homenaje a la artista, “le enseña a dejar de lado la intervención exterior de los datos naturales para lograr un criterio de construcción regido pos sus propias leyes”.
Vegetación (1975)
En términos de su acercamiento al universo precolombino, a la intersección de este primitivismo con su pulsión de monumentalidad, es tal vez la más fuerte y elocuente de sus obras. Es una pieza contundente, fuerte, directa. Es un monumento a la eternidad, llevando su historia a cuestas. Como demostrará Ruth Corchera, “la mayoría de las esculturas de Magda Frank aluden al dualismo”. En Progresión Geométrica el dualismo está dado en la tensión de formas que pujan por una fuerza centrífuga en oposición a indicios de reconcentración, de energía centrípeta. Aparece, a su vez, huellas de Qutzalcoatl, en las enroscadas formas; el universo precolombino es remitido en lo más profundo de su simbología, en su verticalidad, en la síntesis. En todos los casos, vamos a encontrar la afirmación de una monumentalidad inmanente; sin dudas, ecos de grandeza tan afines a la obra de Henry Moore, como aquel fue afín a lo precolombino.
Progresión Geométrica
Más de 50 años después, luego de haber dejado una serie de más de 20 monumentos en Francia y una Casa-Museo cobijando infinitas piezas, el derrotero de una vida vuelve a pisar suelo brasileño.
Mariana Rodríguez Iglesias
Asistente de dirección y curaduría
Casa-Museo Magda Frank
Créditos
Fotos panel: Rodolfo Schmidt
Fotos obras: Gustavo Lowry
Agradecimientos
Maria del Carmen Magaz y Lucrecia Palacios (USAL)
Rita Zalazar (Casa-Museo Magda Frank)
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