Este NotiLyc lo centré totalmente en Joan Miró y en esta gran muestra de sus pinturas y esculturas en el Museo Thyssen - Bornemisza en Madrid bajo el título Miró: tierra, inaugurada el pasado 10 de junio hasta el 7 de septiembre próximo.
Comparto dos artículos publicados por el madrileño El País durante estos últimos seis meses y finalizo con el catálogo digital, en la red, que nos ofrece el Museo Thyssen – Bornemisza.
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El País (Madrid); sábado, 23 de agosto de 2008
Revista Babelia
Francisco Calvo Serraller 23/08/2008
ver nota completa
http://www.elpais.com/articulo/arte/arado/cielo/elpepuculbab/20080823elpbabart_5/Tes
REPORTAJE: ARTE –
La obra escogida
1- 'Paisaje catalán (El cazador)', óleo sobre lienzo pintado entre 1922 y 1923. Pieza procedente del Museo of Modern Art de Nueva York (EE UU).Comparto dos artículos publicados por el madrileño El País durante estos últimos seis meses y finalizo con el catálogo digital, en la red, que nos ofrece el Museo Thyssen – Bornemisza.
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El País (Madrid); sábado, 23 de agosto de 2008
Revista Babelia
Francisco Calvo Serraller 23/08/2008
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http://www.elpais.com/articulo/arte/arado/cielo/elpepuculbab/20080823elpbabart_5/Tes
REPORTAJE: ARTE –
La obra escogida
2- La casa de la palmera (1918)
El arado del cielo
Nacido en 1893 en Barcelona, cuando Miró pinta este cuadro cuenta con 26 años y está ya a punto de dar su salto a París. Aunque la consolidación plena de su personalidad y de su estilo se producirá en la capital francesa, donde asiste, en un privilegiado primer plano a la gestación del surrealismo, es inadecuado considerar que la obra anterior de Miró es inmadura e irrelevante. Uno de los indiscutibles méritos de la exposición, Miró: Tierra, que ahora se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, comisariada por Tomás Llorens, es precisamente reivindicar la importancia de las raíces físicas y antropológicas de Miró. Hijo de un menestral barcelonés, que trató infructuosamente de orientar los pasos de su vástago por derroteros comerciales, el joven Miró, tras unas primeras tentativas frustrantes en la Escuela de Artes Industriales y Bellas Artes de La Llotja y un paso más fructífero por el taller de Francesc Galí, empezó a encontrar su propio camino a partir aproximadamente de 1915. El punto crítico de este cambio se produjo en 1911, cuando, pasó una larga etapa en la masía familiar ubicada en la localidad tarraconense de Montroig, donde no sólo afianzó su vocación artística, sino que descubrió la atracción magnética que sentía por la vida rural.
Una de las aportaciones más certeras de Tomás Llorens en esta exposición ha consistido no sólo en resaltar la importancia de lo telúrico en la obra mironiana, sino confrontarlo con la versión crítica del formalismo americano, que había establecido que el punto culminante de irradiación innovadora del artista catalán se produjo con la serie de las Constelaciones, que no en balde habían dejado una profunda huella en el naciente expresionismo abstracto. Quien ahora contemple Pueblo e iglesia de Montroig, un paisaje donde el caserío urbano de esta localidad se ve rodeado por las huertas y jardines que lo circundan y sostienen, podrá apreciar la asimilación por parte de Miró de las modernas lecciones del cromatismo fauvista, con sus violentos contrastes, y del cubismo maduro, con el aplanamiento de la perspectiva, pero, por encima de este inteligente adiestramiento en el desarrollo de las vanguardias, sentirá la potencia del pálpito físico que demuestra el artista no sólo ante la feracidad de lo orgánico, sino su bullir invisible, formado por una agitación de partículas. Esta capacidad de Miró para lograr que nos apercibamos no sólo de la compacta contundencia de lo real, sino, a su vez, de su misteriosa fragilidad y evanescencia, esta visión verticalizada de todos los niveles de la vida orgánica, le convierten, en efecto, en un surrealista antes de la invención del surrealismo. (…)
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El País (Madrid); martes, 17 de junio de 2008
El Thyssen reivindica a Joan Miró más allá del surrealismo
MARGOT MOLINA - Madrid - 17/06/2008
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http://www.elpais.com/articulo/cultura/Thyssen/reivindica/Joan/Miro/alla/surrealismo/elpepicul/20080617elpepicul_8/Tes
La muestra, con 40 piezas inéditas en España, se centra en su obra posterior a 1918’
La masovera' (1922-23)
En la imagen, 'La masovera' (1922-23)- MUSEO THYSSEN BORNEMISZA
"La historia del arte del siglo XX se narra a través de una sucesión de ismos y esa forma de contar implica olvidar los últimos 40 años de la producción de Joan Miró, cuando su obra está impregnada de un carácter trágico y elegiaco", aseguraba ayer Tomás Llorens, comisario de la muestra Miró: Tierra que inaugurará hoy el Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid.
Esa obsesión de los historiadores, según Llorens, limitó la proyección internacional de Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983) a su etapa surrealista y condenó al olvido su producción posterior. "La última obra de Miró es la más profunda, la más radical que se hace en todo el siglo XX, más incluso que la de Picasso", afirma Llorens quien ha reunido 68 obras procedentes de museos y colecciones de todo el mundo, 40 de las cuales se verán en España por primera vez.
Siete ejes temáticos
La muestra se desarrolla en torno a cuatro ejes: Mont-roig, Transparencias animadas, Paisajes del origen, Polimorfismo, Figuras plutónicas, el Retorno, Ciclos. La localidad catalana de Mont-roig le inspiró unos paisajes, pintados entre 1918 y 1921, que fueron para Miró una verdadera revelación de lo rural y están imbuidos de un sentido específico de lugar frente al desarraigo metropolitano de su Barcelona natal.
Son dibujos, pinturas, esculturas, cerámicas, objetos y collages que llegan del Museum of Modern Art (MOMA) y el Guggenheim, ambos en Nueva York; la National Gallery de Washington o el Centre George Pompidou de París; además de las que se conservan en España y en grandes colecciones particulares como la Maeght. "Todas están seleccionadas en función de un tema: el retorno a sus orígenes, a la tierra, al mundo rural. Una idea muy influenciada por la lectura de Nietzsche. Esa idea se manifiesta siempre a través de la destrucción y el erotismo, que son aspectos complementarios. Es en esa polaridad en la que Miró se plantea regenerar la pintura", explica Tomás Llorens.
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Pintor y escultor
El arte de Miró está relacionado con el concepto tierra. Una conexión que trasluce desde la fuerte conexión con su Cataluña natal y su fascinación por el mundo rural y el culto a los orígenes, hasta los temas relacionados con la sensualidad o la fertilidad, el infierno y la metamorfosis, la vida y la muerte, la materia y la negación de la forma.
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…………………Pieza procedente del Museum of Modern Art de Nueva York (EE UU).
Ver catálogo digital, en la red, que nos ofrece el Museo Thyssen – Bornemisza.
http://www.museothyssen.org/thyssen/exposiciones/WebExposiciones/2008/Miro/index.htm
1 comentario:
Me encantan los cuadros de miro.
muy lindo todo.
difundadn: uninstanteenlapatria.blogspot.com
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