sábado, 22 de septiembre de 2007

ARTISTAS COLOMBIANAS: COLOR Y LUCHA



(parte 1)
 Lic. Silvia Heger *1

Para explorar la producción de las mujeres de la colorida región caribeña, voy a concentrar mi atención en Colombia. Ubicado al norte de América del Sur, bañadas sus costas por el Atlántico y el Pacífico, con una historia agitada dentro de una geografía exuberante, territorio nutrido de mitologías indígenas y fábulas transoceánicas, Colombia es un país que se expresa en una espléndida literatura y expresiones plásticas cautivantes.

El arte colombiano del siglo XX tuvo a varias mujeres en sitios protagónicos. Ante todo, y aunque no fue artista plástica, es un deber mencionar a Marta Traba *2, escritora y crítica de arte nacida en Argentina pero colombiana por opción y por pasión. Marta Traba fue la más notable y vehemente promotora del arte colombiano, y llegó a fundar, en 1962, en un pequeño departamento bogotano, el germen de lo que es hoy el Museo Nacional de Arte de Colombia. Ella ejerció una gestión de singular importancia, de empuje tenaz destinado a poner en valor la producción de los artistas de toda esa región. Tuvo opiniones oscilantes con respecto a la interminable discusión entre arte universal y arte nacional, y ella misma fue muy discutida con respecto a sus juicios. Pero lo que nunca se puso en discusión es la capacidad de trabajo y la potencia movilizadora de esta mujer que ocupó con decisión y fuerza el espacio público de un país orgullosamente patriarcal.

Para analizar el arte de Colombia desde la particular visión de la participación de la mujer, es necesario imaginar un corte de tipo cronológico: antes de 1960 y después de 1960. La historia colombiana sufre un cambio vertiginoso precisamente en la misma década en que se producen los dramáticos cambios en Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, etc. La presencia de ideologías extremas arrastró a todos estos países a situaciones caóticas, profundas heridas y cambios en el tejido social, que agravaron hasta la exasperación historias previas de peleas cruentas por los espacios de poder.

Ya en la primera parte del siglo XX aparecen algunas mujeres que emprenden una lucha realmente titánica para poder exponer creaciones consideradas polémicas. El más claro ejemplo es Débora Arango Pérez *3 (1907), que tematiza la prostitución femenina como forma de esclavitud y denigración debidas a la condición sexual.

Pero este acto de valentía de Débora Arango tuvo una derivación inconcebible: como ella usó en sus cuadros desnudos de mujer, la sociedad dirigente de Bogotá en 1940 la censuró con tal autoritarismo y obstinación, que no pudo volver a exponer en su patria hasta mediados de los setenta. Estamos ante un caso de censura de género en estado puro. Porque a los hombres sí les estaba autorizado pintar y exhibir desnudos, como también les estaba autorizado disfrutar de prostitutas.


El retorno de Débora Arango a la escena artística colombiana tuvo lugar a medidos de los ochenta, bajo la presidencia de César Gaviria. En esos tiempos, otra mujer, Noemí Sanín, secretaria de Cultura, le concedió el reconocimiento oficial más una cantidad de condecoraciones que confirmaron su rehabilitación. *4



Durante sus años invisibilizados Débora siguió pintando privadamente. Amplió el espectro de sus preocupaciones y su discurso viró hacia la sátira política. La década del sesenta registra la virulencia de la acción de la guerrilla urbana, que aportó un profundo desasosiego en el tejido social. Desde este lugar, las sátiras de Débora Arango Pérez pueden leerse como un comentario lúcido pero muy amargo, muy pesimista, respecto del caos en que estaba inmerso su país. Además, señala una actitud infrecuente en la producción de mujeres: introducirse plenamente en la escena política, lo que equivale a arrancarle al hombre su hegemonía en el espacio público.

En el próximo encuentro analizaremos aspectos del arte colombiano después de 1960.

Silvia Heger

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*1 Lic. Silvia Heger: Profesora en Letras egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Fue coordinadora docente y directora de estudios del Instituto de Estudios Superiores de Buenos Aires (Profesorados). Es docente de la cátedra de Redacción del Instituto Argentino de Secretarias Ejecutivas. Dicta cursos en empresas privadas, tales como Mobil Argentina S.A., TotalFinaElf, Motorola Argentina S.A., Grupo Techint, Mitsui Argentina entre otros

*2 Marta Traba: Crítica de arte y escritora (Argentina, Buenos Aires, enero 25 de 1930 - Madrid-Barajas, noviembre 27 de 1983)
En 1982 el presidente Belisario Betancur le otorgó la nacionalidad colombiana.
Ver biografía completa en:
http://www.latinartmuseum.com/marta_traba.htm

*3 Débora Arango Pérez: Medellín, 11 /11/1907 - Envigado, 04/12/ 2005 , Colombia

En los diarios anunciaban:
¨Su cuerpo permanecerá en cámara ardiente en el Palacio Municipal de Envigado hasta las 3:30 de la tarde de este lunes, hora en que se cumplirán sus exequias en la iglesia Santa Gertrudis. Las autoridades de la localidad decretaron tres días de duelo.

"Por ella se echaron cruces las damas de la Liga de la Decencia y otros ciudadanos. Los desnudos de su exposición de estreno (1939, Club Unión) fueron el primer caballito de esa larga batalla. Tildarían su pintura de “inmunda, sórdida, corruptora, desvergonzada, escabrosa, pornográfica”. Trabajaría en el encierro muchos años, para resucitar a comienzos de los 80, con muestra retrospectiva y reconocimientos públicos, pero sin resentimiento en sus palabras." (Margaritainés Restrepo Santa María)

Débora Arango fue uno de los artistas que en febrero de 1944 firmó en Medellín el "Manifiesto de los artistas independientes de Colombia", dirigido a los artistas de las Américas, en el que figura al lado de los antioqueños Pedro Nel Gómez, Rafael Sáenz, Gabriel Posada, Octavio Montoya, Jesusita Vallejo (1904), Gabriela Sierra, Maruja Uribe y Laura Restrepo.
Este manifiesto causó conmoción en su momento, y aunque estaba repleto de ideas ingenuas, sirvió para definir una actitud y estimular una acción impostergable del artista y del espectador frente a los males de la sociedad.

*4 Reconocimiento oficial

PROYECTO DE ACUERDO No. 230 de 2006
INFORME DE PONENCIA 1er. DEBATE
Informe 1
ACTA 1er. DEBATE
Acta 44 de 2006
INFORME DE PONENCIA 2º. DEBATE
Informe 2
ACTAS DE PLENARIA 2º. DEBATE
Acta 493 de 2005
ACUERDO MUNICIPAL
Acuerdo 44 de 2006

Por el cual se adiciona el Acuerdo 13 de 2004
haciendo extensivo el homenaje a mujeres destacas
en la historia de esta región, a la pintora antioqueña
DEBORA ARANGO PÉREZ

EL CONCEJO DE MEDELLIN

En uso de sus atribuciones constitucionales y legales, en especial de las conferidas por el artículo 313 de la Constitución y la Ley 136 de 1994,

ACUERDA:

ARTICULO PRIMERO: Medellín rinde homenaje con este Acuerdo a la pintora DEBORA ARANGO PÉREZ por su gallarda postura crítica e innovadora en su pintura y ante la vida. Por su actitud plena de dignidad y de humanismo que conservó a pesar de sufrir innobles marginamientos y, por su producción artística que marcó un hito y un camino expresivo a la plática colombiana.

ARTICULO SEGUNDO: Como un aporte a la sensibilidad artística de la ciudadanía y como una forma de enriquecer los espacios públicos de Medellín con obras de arte, se dispone la elaboración de una escultura o busto de DÉBORA ARANGO PÉREZ, colocada en un pedestal donde se inscriba la semblanza de su vida y obra y el homenaje del Concejo de Medellín, bajo la dirección, responsabilidad y coordinación de la Secretaría de Cultura Ciudadana.

ARTÍCULO TERCERO. La escultura será colocada en una centralidad de la Avenida Regional de Medellín, la cual se seguirá llamando, Avenida Regional Débora Arango Pérez.

ARTÍCULO CUARTO. Los demás artículos del Acuerdo 13 de 2004 que sean pertinentes para la ejecución de este Acuerdo, le serán aplicables, como la inclusión en la cartilla a color con la reseña biográfica de las homenajeadas y la inauguración o instalación de la obra del artículo 5°.

ARTÍCULO QUINTO. El presente Acuerdo rige a partir de su publicación en la Gaceta Oficial del Municipio.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS.
Picardía y vitalidad emanan sutilmente de las obras de la recientemente desaparecida y destacada pintora expresionista Débora Arango Pérez. Nacida en 1907, el 11 de noviembre, muere en este año 2006, el 4 de diciembre de 2005.

Su exposición en 1996 presenta una retrospectiva en la prestigiosa biblioteca Luis Ángel Arango, adscrita al Banco de la República en Bogotá. En las más de 260 obras se permitía apreciar la riqueza de su anecdotario y la profundidad de su óptica pictórica. Óptica que nunca elude una cierta ironía, un humor soterrado y crítico con el que atrapaba el ojo inquisitivo del espectador y revela las entrañas de la sociedad colombiana.
[1]
Débora Arango afirmaba "La vida con toda su fuerza admirable no puede apreciarse jamás entre la hipocresía y el ocultamiento de las altas capas sociales: por eso mis temas son duros, acres, casi bárbaros [...] me emocionan las escenas rudas y violentas".

De hecho, Débora Arango fue uno de los artistas que en febrero de 1944 firmó en Medellín el "Manifiesto de los artistas independientes de Colombia", dirigido a los artistas de las Américas, en el que figura al lado de los antioqueños Pedro Nel Gómez, Rafael Sáenz, Gabriel Posada, Octavio Montoya, Jesusita Vallejo (1904), Gabriela Sierra, Maruja Uribe y Laura Restrepo.
Este manifiesto causó conmoción en su momento, y aunque estaba repleto de ideas ingenuas, sirvió para definir una actitud y estimular una acción impostergable del artista y del espectador frente a los males de la sociedad.

Débora Arango pintaba desnudos cuando aquello era un escándalo mayúsculo, causando disputas acaloradas en los círculos sociales, religiosos y hasta culturales.
Finalmente su visión del arte se impuso, triunfó la juventud de aquella época que reclamaba el derecho de abordar cualquier tema hasta las últimas consecuencias. Hoy, recientemente fallecida a sus 98 años, esa juventud y esa tremenda vitalidad vertida en los lienzos, en las acuarelas y en los diálogos de esa gran pintora colombiana del siglo XX.
El dinamismo y originalidad de su obra se expresa a través de formas, a la vez sólidas y fluidas, penetrantes, compenetradas y yuxtapuestas.

El movimiento puede llegar en sus defectos ópticos a la descomposición y a la simultaneidad de un mismo elemento, vegetal o anatómico. El ritmo se modula según distintas líneas de fuerza. El espectador es arrastrado perceptivamente en distintas direcciones, hacia el espacio exterior, el centro del cuadro, la vibración de la imagen o la trayectoria curvada. Las corporeidades se multiplican, se fragmentan, se persiguen, se desparraman, se trasforman. A menudo las formas cubren la totalidad de las superficies, pero cuando se disocian el fondo y los motivos, observamos el fenómeno de una atmósfera igualmente animada y dotada de energía vital, jugando entonces la luz, el color y su aplicación, una función preponderante.
La máxima consagración de un artista. "El desnudo es un paisaje en carne humana", afirmó tempranamente. Débora trató el desnudo a escala 1:1, con una naturalidad sin límites, con voluptuosidad y en busca de la expresión. Sus hermanos médicos, Tulio y Luis Enrique, fueron sus maestros de anatomía artística. Su hermana Elvira, una muchacha caleña y una escritora le sirvieron de modelos.

El tratamiento original y antiacadémico que le dio a este género, la distanció de su maestro Pedro Nel Gómez y la aproximó a Carlos Correa (1912-1986), un artista que al decir del crítico Casimiro Eiger, demostraba "una originalidad tan auténtica, de vocación tan profunda, pintor sufrido y desgarrado de una síntesis imposible"
Con la exposición en el Club Unión de Medellín, en 1939, vino el primer escándalo; en la del foyer del Teatro Colón, en 1940, el siguiente; en 1942 otro y así sucesivamente. El motivo: sus desnudos. Los términos mujer y desnudo son aún tabú en la sociedad colombiana. Siempre ha desconcertado que este género sea tratado por una mujer, como si ello constituyera una amenaza a las costumbres, al punto que el obispo de Medellín llamó a Débora para reconvenirla y aclararle que Pedro Nel Gómez sí los podía pintar porque era hombre.
Los escritores se aproximaron a este tipo de obras de Débora, de distinta manera. Luis Vidales habló de "masculina potencialidad en el modelado y audacia en el trazo". Otros se preguntaron si se trataba de una mujer varonilizada. El Liberal la encontró "encantadora, sencilla, íntegramente femenina [...] una mujer como casi todas las mujeres colombianas, pero que se diferencia de ellas en que tiene una virtud admirable: el valor".

El arte de Débora Arango puso en evidencia la ambigüedad moral de una sociedad que insinuó que pintaba esos temas porque los había vivido. El diario La Defensa habló de "pinturas al deshabillé [...] de falta de higiene moral”. En el discurso de presentación de la obra de Débora Arango en el foyer del Teatro Colón, César Uribe Piedrahíta afirmó: "Quién iba a suponer que de un rincón de la montaña austera, de un ambiente timorato e hipócrita viniera una niña artista, pintora de grandes desnudos e iluminada con clara luz de la naturaleza inocente ... Esta exposición de pintura ha de servir para rasgar el velo de falso pudor y de hipócritas prejuicios tras el cual se esconden maliciosamente moralistas corrompidos"
Inquietante en sus distintas significaciones de imágenes, formas, colores, materiales, interpelaciones. Polifónica por los caminos escogidos: el retrato, el desnudo, lo social, lo político. Figurativa y expresionista por la semántica de los lenguajes pictóricos. Realista crítica y testimonial por las tendencias conceptuales y de escuela en que se manifiesta su arte.
Débora Arango forma parte sustantiva de la historia del arte colombiano, así no figure, por ahora, en algunas de sus historias, ni se destaque su importancia. Paradójicamente, este hecho, la censura, el veto, le dan nuevas y profundas dimensiones.

Es lo femenino viendo lo femenino desnudo.
El cuerpo y el alma en su desnudez presentados por Débora Arango. Pues no es sólo que un desnudo lo pinte una mujer. Que la condición humana de los miserables, humillados y ofendidos, de los infames, como dice Foucault, los pinte una mujer. Que el 9 de abril, las violencias, la protesta estudiantil, la dictadura militar, la crítica y caricatura de Alberto Lleras y Guillermo León Valencia los pinte una mujer. Ni que una mujer satirice ácidamente a otra mujer, como en el caso de doña Berta. Porque bien hubiese podido no suscitar reacción alguna.

Lo que produce una censura y reacción tan enconada de Laureano Gómez como dueño de la moral, la tradición, el orden, los valores y el partido conservador es que Débora Arango es una artista, con todas las de la ley. Con los cánones de formación académica, estudios, disciplina y trabajo. Con obra hecha y por hacer, en pleno proceso de madurez, de fortalecimiento espiritual, de búsqueda e imaginación. Es la misma razón por la que curas y arzobispos la censuran y la estulticia de exponentes de las clases altas se escandaliza ante su obra. Ahí está el detalle.
En esa combinación de ciertos temas, lenguajes, simbolismos, escuelas y quien lo hace: Una mujer-artista.

Santiago Martínez Mendoza
Concejal Proponente, Medellín, junio de 2006
[1] Escrito de Fernando Ureña Rib. en homenaje a Débora Arango Pérez con ocasión de su fallecimiento.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Claudia Aranovich y El Terreno de Arte Experimental

El Terreno de Arte Experimental es un ciclo de muestras en espacios al aire libre de características especiales

La idea del Terreno, dice Aranovich*1, surgió de una investigación sobre arte en espacios públicos que en calidad de artista emprendí a fines de 1998 cuando obtuve una beca de especialización de la Fundación Antorchas de Argentina.

La beca transcurrió durante 1999 en una universidad de Canterbury, Inglaterra, el Kent Institute of Art & Design donde pude trabajar y conocer el rico campo de la escultura inglesa y en Villa Montalvo, California, Estados Unidos, en ambos como artista en residencia. En 2001 mi beca continuó en Djerassi Foundation de California, donde las esculturas se sitúan en campos y bosques aledaños; y en Sculpture Space, fascinante lugar de trabajo para escultores internacionales en Utica, New York. La obra que allí construí se exhibe en Grounds for Sculpture, un parque de esculturas cercano a la ciudad de New York que alberga obras de Cragg, De Caro, Calder, entre otros. Mis obras y una entrevista aparecieron durante ese año en la revista norteamericana Sculpture.



El tema de la beca, arte en espacios públicos, me llevó a recorrer en Europa y América parques de escultura y proyectos experimentales, hablar con curadores y relacionarme con quienes seleccionan proyectos artísticos para emplazar arte contemporáneo en ciudades tan distintas como San Francisco, París o Quito.
(…)
Es sorprendente que nuestro arte urbano se haya quedado tan atrás en el tiempo y no existan iniciativas como las del Taller de Arte Monumental de Quito o el parque de esculturas de Santiago de Chile en Providencia, o como Resistencia, en Argentina, llamada la ciudad de las esculturas.
(…)
En el 2002 y 2003 *2 organicé y curé en el jardín del Museo Yrurtia seis muestras, muy visitadas y comentadas por los medios periodísticos. Escultores ya de mucha actuación que quisieran experimentar alternaban con otros artistas muy jóvenes que incursionaban por primera vez en el espacio abierto con materiales para ellos desconocidos. Podían abrir brechas en la tierra, colgar elementos en las paredes medianeras, podían utilizar todo en el espacio de 15 x 21 metros.


A los escultores muy apegados a formas clásicas de exhibición, se los instaba a explorar nuevos medios y a los artistas muy jóvenes se los hacía reflexionar sobre la materialidad de sus obras para resistir la intemperie y para que tuvieran la escala adecuada.
Un pequeño subsidio del Fondo Nacional de las Artes permitió solventar folletos e invitaciones y algunos gastos de transporte de obras. El Terreno no continuó en el Museo Yrurtia por presiones de la Asociación de Amigos del Museo de entonces que propugnaba muestras más tradicionales.

Del 2004 al 2005 hubo ofrecimientos de espacios para reubicar el Terreno, pero recién a comienzos de 2006,*3 Mónica Guariglio, Directora Gral. de Museos de la Ciudad, se entusiasma en continuar el proyecto en los jardines del Centro de Museos de Buenos Aires, otrora Confitería Munich, frente a la Costanera Sur en Puerto Madero.
Claudia Aranovich / El Terreno de Arte Experimental / 2007





El libro recoge la trayectoria de Aranovich a nivel nacional e internacional, reportajes a la artista, notas en diarios, textos de críticos y testimonio de escultores, como Edgardo Madanes, Carola Zech, María Guallar, Oscar Stáffora, entre otros; que participaron de este proyectos invitados por Aranovich, creadora y curadora de: El Terreno de Arte Experimental.

ver mas info del libro






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*1 ver pagina de la artista
http://www.claudiaaranovich.com.ar/

*2 ver archivo ARSOmnibus.com: http://www.arsomnibus.com/muestras/detalle.php?id=82

*3 ver archivo ARSOmnibus.com: http://www.arsomnibus.com/muestras/detalle.php?id=1253 y http://www.arsomnibus.com/muestras/detalle.php?id=1715

Dalí & Buñel / y … UN CHIEN ANDALOU (1929)

SALVADOR DALI
DALI , en un fragmento de Diario de un genio, de Salvador Dalí *1
(fragmento)

1953
JUNIO
El 1

Descubrí, hará una semana, que en todo lo relacionado con mi existencia, comprendido el cine, llevaba un retraso de unos doce años. Hace, en efecto, once años que abrigo el deseo de hacer un film integralmente, totalitariamente, ciento por ciento hiperdaliniano. Según mis cálculos, es, pues, probable que este film se ruede el año próximo.

Soy igual que el héroe de la fábula de La Fontaine «El pastor y el lobo». Así como en mi vida, y ya desde la adolescencia, he hecho tantas cosas excepcionales, ocurre ahora que cualquiera que sea el proyecto que yo anuncie –como, por ejemplo, mi corrida litúrgica, en la cual unos sacerdotes deberán bailar ante un toro que un autogiro se llevará al cielo una vez terminada la corrida- todo el mundo, excepto yo, cree en él, y –eso es lo más raro- el proyecto termina irremediablemente por ver la luz del día.

A los veintisiete años, recién llegado a París, realicé, en colaboración con Buñuel*2, dos films que han pasado a la historia: El perro andaluz *3 y La edad de oro *4. Después Buñuel trabajó solo y dirigió otros films, rindiéndome así el inestimable servicio de revelar al público a quién se debía el aspecto genial y a quien el aspecto primario de El perro andaluz y de La edad de oro.

LUIS BUÑEL


“Un perro andaluz fue un film antivanguardista, nada tenía que ver con la vanguardia cinematográfica de entonces. Ni en el fondo ni en la forma”.

(La película comienza con un prólogo introducido por el proverbial Érase una vez... Un hombre (Buñuel) afila su navaja de afeitar junto a un balcón y, tras observar cómo una delgada nube se dispone a atravesar el globo lunar, secciona el ojo de una mujer (Simone Mareuil) con la navaja barbera.)



BUÑEL, en Mi último suspiro (memorias) de Luis Buñel *5
(fragmento)


MADRID: La residencia de estudiantes / 1917-1925 (encuentro con Dalí)
(…)
Salvador Dalí, hijo de un notario de Figueras, llegó a la Residencia tres años después que yo. Quería dedicarse a las bellas artes, y nosotros, no sé por qué, le llamábamos el pintor checoslovaco.
Al pasar una mañana por delante de su cuarto, vi la puerta abierta y eché un vistazo. Estaba dando los últimos toques a un retrato de gran tamaño, que me gustó mucho. En seguida, dije a Lorca y a los demás:

-El pintor checoslovaco está terminando un retrato muy bonito.

Todos acudieron a la habitación, admiraron el retrato y Dalí fue admitido en nuestro grupo. A decir verdad, él y Federico*6 serían mis mejores amigos. Los tres andábamos siempre juntos. Lorca sentía por él verdadera pasión, lo cual dejaba indiferente a Dalí.

Dalí era un muchacho tímido, con una voz grave y profunda, el pelo muy largo, que después se hizo cortar, una viva irritación hacia las exigencias cotidianas de la vida y un atuendo extravagante, consistente en un sombrero muy grande, una chalina inmensa, una americana que le llegaba hasta las rodillas y polainas. Causaba la impresión de que se vestía así por afán de provocación, cuando lo hacía, simplemente, porque le gustaba, lo cual no impedía que a veces la gente le insultara por la calle

EL SURREALISMO/ 1929-1933
UN CHIEN ANDALOU (1929)

Esta película nació de la confluencia de dos sueños. Dalí me invitó a pasar unos días en su casa y, al llegar a Figueras, yo le conté un sueño que había tenido poco antes, en el que una nube desflecada cortaba la luna y una cuchilla de afeitar hendía un ojo. El, a su vez me dijo que la noche anterior había visto en sueños una mano llena de hormigas y añadió: «¿Y si, partiendo de esto, hiciéramos una película?»

En un principio, me quedé indeciso; pero pronto pusimos manos a la obra, en Figueras.
Escribimos el guión en menos de una semana, siguiendo una regla muy simple, adoptada de común acuerdo: no aceptar idea ni imagen alguna que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural. Abrir todas las puertas a lo irracional. No admitir más que las imágenes que nos impresionaran, sin tratar de averiguar por qué.

En ningún momento se suscitó entre nosotros ni la menor discusión. Fue una semana de identificación completa. Uno decía, por ejemplo: «El hombre saca un contrabajo.» «No», respondía el otro. Y el que había propuesto la idea aceptaba de inmediato la negativa. Le parecía justa. Por el contrario, cuando la imagen que uno proponía era aceptada por el otro, inmediatamente nos parecía luminosa, indiscutible y, al momento entraba en el guión.

Cuando éste estuvo terminado, en seguida advertí que la película sería totalmente insólita y provocativa y que ningún sistema normal de producción la aceptaría. Por eso pedí a mi madre una cantidad de dinero, para producirla yo mismo. Ella, convencida gracias a la intervención de un notario, accedió a darme lo que le pedía.

Regresé a París. Cuando hube gastado la mitad del dinero de mi madre en salas de fiestas, me dije que era necesario tener un poco de seriedad y que había que hacer algo. Me puse en contacto con los intérpretes, Pierre Batcheff y Simone Mareuil, con Duverger, el operador y con los estudios de Billancourt, donde, en unos quince días, se rodó la película.

En el plató no éramos más que cinco o seis. Los intérpretes no sabían absolutamente nada de lo que estaban haciendo. Yo le decía a Batcheff, por ejemplo: «Mira por la ventana, como si estuvieras escuchando a Wagner. Más patético todavía.» Pero él no sabía lo que estaba mirando. Técnicamente, yo poseía ya un conocimiento, una autoridad suficiente y me entendía perfectamente con Duverger, el operador.

Dalí no llegó hasta tres o cuatro días antes del final del rodaje. En el estudio, se encargó de echar pez en los ojos de las cabezas de asno disecadas. En una de las tomas, era uno de los hermanos maristas que Batcheff arrastra penosamente; pero no sería ésta la toma que se montara al fin (no recuerdo por qué razón). Se le ve un momento de lejos, corriendo en compañía de Jeanne, mi novia, después de la caída mortal del protagonista. El último día de rodaje, en El Havre, Dalí estaba con nosotros.

LA EDAD DE ORO (1930)

Llego a Figueras procedente de París, vía Zaragoza (donde siempre paraba, para ver a mi familia), y oigo gritos de cólera. La notaría del padre de Dalí estaba en la planta baja y la familia (el padre, la tía y la hermana, Ana María) vivían en el primer piso. El padre abre la puerta bruscamente, indignado, y pone a su hijo en la calle, llamándole miserable. Dalí replica y se defiende. Yo me acerco. El padre, señalando a su hijo, me dice que no quiere volver a ver a ese cerdo en su casa. La causa (justificada) de la cólera paterna es ésta: durante una exposición celebrada en Barcelona, Dalí ha escrito en uno de sus cuadros, con tinta negra y mala letra: «Escupo por gusto en el retrato de mi madre.»

Dalí, expulsado de Figueras, me pide que vaya con él a la casa de Cadaqués. Allí nos ponemos a trabajar dos o tres días. Pero a mí me parece que el encanto de Un chien andalou se ha perdido por completo. ¿Era ya la influencia de Gala? No estábamos de acuerdo en nada. Nos separamos amigablemente y yo escribí el guión solo en Hyeres. (…) Finalmente, sería una película de una hora, mucho más larga que Un chien andalou. Dalí me había enviado varias ideas por carta y por lo menos una aparecía en la película: un hombre andando por un parque público con una piedra en la cabeza. Pasa junto a una estatua. La estatua tiene también una piedra en la cabeza.

Cuando vio la película terminada, le gustó mucho y me dijo: «Parece una película americana.»

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*1 Diario de un genio, de Salvador Dalí. Círculo de Lectores, Barcelona, 1989

*2 Luis Buñel ver pagina oficial http://www.luisbunuel.org/inicio/bunuel1.html
*3 Film que Dalí y Buñuel realizaron en 1929. (Un chien andalou, 1929), 17’, B/N. Muda. En 1960 se añadió al original la banda sonora de fragmentos de “Tristán e Isolda”, (Richard Wagner), de Beethoven y canciones populares (tangos) seleccionados por Luis Buñuel.
*4 La edad de oro (1930). "Después de Un perro andaluz, imposible pensar en realizar una de esas películas que ya se llamaban «comerciales». Yo quería seguir siendo surrealista a toda costa."Buñuel, L. (1982). Mi último suspiro. Barcelona: Plaza & Janés, p. 112.
*5 Mi ultimo suspiro( memorias) deLuis Buñuel. PLAZA&JANES, editores, Barcelona, 1982
*6 Se refiere a Federico García Lorca, (1898-1936) poeta de mayor
influencia de la literatura española.




sábado, 8 de septiembre de 2007

Marcel Duchamp *2

por Apollinaire *1

Los cuadros de Marcel Duchamp no son todavía bastante numerosos y difieren demasiado entre ellos como para que se pueda extraer de las indicaciones que ofrecen, un juicio sobre el verdadero talento de su autor.
Como la mayor parte de los pintores nuevos, Marcel Duchamp no rinde ya culto a las apariencias. (Parece que fue Gauguin el primero en renunciar a lo que fue durante tanto tiempo la religión de los pintores.)

En sus comienzos, Marcel Duchamp fue influido por Braque (cuadros expuestos en el Salón de Otoño en 1911 y en la Galería de la calle Tronchet, en 1911) y por La Torre de Delaunay (joven melancólico en un Tren).




Para descartar de su arte todas las percepciones que pudieran volverse nociones, Duchamp escribe en su cuadro el título que le da. Así, la literatura, de la cual pocos pintores han prescindido, desaparece de su arte aunque no la poesía. Se sirve sin vacilar de formas y de colores, no para ofrecer apariencias sino a fin de penetrar la naturaleza misma de esas formas y de esos colores formales que desesperan a los pintores, al punto que quisieran prescindir de ellos, y de los cuales tratarán de prescindir cada vez que sea posible.
Marcel Duchamp opone a la composición concreta de sus cuadros, un título intelectual en extremo. En este sentido va tan lejos como es posible y no teme incurrir en el reproche de hacer una pintura esotérica sino recóndita.

odos los hombres, todos los seres que han pasado cerca de nosotros han dejado huellas en nuestro recuerdo y esas huellas de la vida tienen una realidad cuyos detalles podemos escrutar, copiar. De esta suerte, ellas adquieren todas juntas, una persona1idad cuyos caracteres individuales se pueden indicar plásticamente por medio de una operación puramente intelectual.
Estas huellas de seres existen en los cuadros de Marcel Duchamp. Permíítaseme aquí una observación que tiene su importancia.
Duchamp es el único pintor de la escuela moderna que se preocupa hoy (otoño de 1912) por el desnudo: El Rey y la Reina rodeados de Desnudos veloces; El Rey y la Reina atravesados por Desnudos veloces; Desnudos descendiendo una Escalera.
Este arte que se esfuerza por estetizar percepciones tan musicales de la naturaleza, se prohíbe el capricho y el arabesco inexpresivo de la música.

Un arte que se propusiera como finalidad extraer de la naturaleza, no generalizaciones intelectuales sino formas y colores colectivos cuya percepción no ha llegado a ser todavía noción, es harto concebible, y parece que un pintor como Marcel Duchamp está en camino de realizarlo.
Es posible que para ser conmovedores, estos aspectos desconocidos, profundos y repentinamente grandiosos de la naturaleza no tengan necesidad de ser estetizados, lo que explicaría el aspecto flamiforme de los colores, las composiciones en forma de N, los hormigueos a veces tiernos, a veces firmemente acentuados. Estas concepciones no están de ninguna manera determinadas por una estética sino por la energía de un pequeño número de líneas (formas o colores).


Este arte puede producir obras de una fuerza de la que no se tiene idea. Hasta es posible que desempeñe una función social.
Así como se paseó por las calles una obra de Cimabue, nuestro siglo ha visto llevar triunfalmente por las calles para ser conducido al Palacio de Artes y Oficios el aeroplano de Blériot cargado de humanidad, de esfuerzos milenarios, de arte necesario.

Tal vez esté reservado a un artista tan ajeno a las preocupaciones estéticas, tan preocupado por la energía como Marcel Duchamp, reconciliar el Arte y el Pueblo.


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*1 Pintores cubistas por GUILLAUME APOLLINAIRE (1880-1918) , ensayo crítico aparecido en 1913 sobre el nuevo movimiento artístico.

*2 Marcel Duchamp (1887-1968) este texto sobre Duchamp es sobre la primera época del artista. Ver más sobre el artista en http://es.wikipedia.org/wiki/Marcel_Duchamp

domingo, 2 de septiembre de 2007

MNBA La foto de la semana


Homenaje a Esther Barugel

por Alfredo Cernadas *1
Hace poco murió Esther Barugel.*2 Su deceso se produjo con el perfil bajo que signó su vida: casi nadie se enteró. El único en publicar la mala noticia fue Carlos Pinasco, en su newsletter de la galería que dirige.


Artista espiritual como pocas, Barugel trabajó casi hasta el fin, a los noventa años. Creó obras de rara belleza en las que prima una exaltación de la humanidad, el amor y la libertad. Pero no les faltó fuerza y sensualidad a las dedicadas al amor y la familia. Si bien trabajó la madera , el mármol y la piedra con idoneidad, el material con el que Barugel se destacó, con resultados de un virtuosismo técnico asomboroso, fue el bronce. En gran parte gracias a la colaboración inestimable del maestro fundidor Rodolfo Buchlass.



Si bien expuso en galerías importantes, se rehusó a tomar parte en concursos y salones, lo que hace que su obra sea menos conocida que lo que merece: Barugel es una de las grandes escultoras argentinas, aunque su nombre no figure en la Guía de Artes Visuales, recientemente editada. Irónicamente, su última obra completada se llama Y la vida sigue... En efecto, lo hace en la obra de su autora.




NB: Y no sólo debemos estar agradecidos a Barugel por su obra. Gracias a ella y su marido, el pintor catalán Nicolás Rubió (tampoco su nombre figura en la guía mencionada), se debe el rescate del filete, arte singular que estuvo a punto de desaparecer.
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*1 Alfredo Cernadas:
Nace en Buenos Aires. Artista multifacético. Actualmente, actualmente comparte su tiempo entre la pintura y el periodimo. Ver mas info en http://artebus.com.ar/cernadas/

*2 Esther Barugel:
Nació en Buenos Aires. Argentina.
Sus primeros pasos dentro del mundo del arte fue a través de la música. Hasta que descubre la escultura a la que se dedica intensamente.
A partir de 1960 expuso en importantes galerías de nuestro país. A partir de 1985 organiza muestras en forma regular en Francia.
Junto a su esposo, el pintor Nicolás Rubió, Esther Barugel realizó una investigación sobre el Fileteado porteño, para concretar la importante muestra de los Maestros Fileteadores de Buenos Aires.